Índice de Paz Global 2020
Las consecuencias del Covid-19 provocarán un «importante» retroceso de la paz en el mundo
Las protestas marcan un año en el que han mejorado indicadores como el terrorismo, los homicidios y el impacto económico de la violencia
No son buenos tiempos para la paz mundial, y parece que en un futuro próximo esta tendencia no va a mejorar. En 2020 el nivel de paz mundial se deterioró por novena vez en doce años. Así lo certifica el informe anual del Índice de Paz Global (IPG) que elabora el desde 2007 y que fue hecho público ayer. «Hubo una ligera disminución en la paz de manera global, con un deterioro en 80 países [de un total de 163 países], y la calificación promedio de los países se deterioró en un 0,34 por ciento», explica a ABC S erge Stroobants, director de Europa y MENA (Norte de África y Oriente Próximo) del Instituto . «El principal impulsor de este deterioro fue una caída en el indicador de Seguridad y Protección, así como un deterioro menor en el indicador de conflictos continuos». También han contribuido a este empeoramiento, según Stroobants, «que el nivel de terror político, la intensidad del conflicto interno y los indicadores de refugiados y desplazados internos tuvieron el mayor deterioro».
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El IEP, un centro de investigación internacional e independiente, presenta cada año un análisis acerca de la paz, su valor económico, tendencias y cómo desarrollar sociedades pacíficas. El informe cubre el 99,7% de la población mundial, y utiliza 23 indicadores que se agrupan en tres dominios principales: Conflictos continuos, Seguridad y Militarización .
Un año marcado por las protestas
Según el último informe, y aunque sus niveles de paz han empeorado, Europa sigue siendo la región más pacífica. Lidera el ránking como ya es habitual Islandia, seguida por Nueva Zelanda, Portugal, Austria y Dinamarca. Según el informe, 16 países europeos han mejorado su puntuación -entre ellos se encuentra España, que sube del puesto 39 al 38- respecto a 2019. Su empeoramiento se debe, sin embargo, al incremento de las protestas internas, como ha sido el caso, por distintos motivos, de Polonia, Hungría, Rumania y Francia . «El aumento de los disturbios civiles está surgiendo como un factor de riesgo futuro clave, con disturbios, huelgas generales y manifestaciones antigubernamentales aumentando sustancialmente desde 2011», señala el documento.
Violence containment constrains the global economy. In 2018, the economic impact of violence was $14.1 trillion USD PPP on global GDP or $1,853 USD per person. (@GlobPeaceIndex)
— +Peace (@PlusPeaceCo) June 5, 2020
The world needs peacebuilders. #PeaceWorksBetter https://t.co/Aqvc4QU8uk
Si bien las protestas en Europa no fueron de carácter violento, no sucedió lo mismo en otros puntos del planeta, como Hong Kong y Chile . Es precisamente la región de Latinoamérica la que sufre el mayor empeoramiento en los índices de paz del mundo, debido a un incremento de las muertes en conflictos internos así como un empeoramiento de los índices de terror político, a lo que hay que añadir el aumento de los desplazamientos de refugiados. «A medida que los conflictos a largo plazo han disminuido, los conflictos internos en algunos países, especialmente en América Latina, se han incrementado con el aumento de las protestas, lo que lleva a una mayor represión por parte de los gobiernos -señala Stroobants-. Aunque los conflictos en el Medio Oriente han comenzado a disminuir, estamos viendo mayores tensiones políticas e inestabilidad en otras partes», reconoce.
Según el informe, el número de manifestaciones violentas aumentó en un 282% de 2011 a 2019 (en este último año al menos 60 países sufrieron una protesta violenta). «En América del Sur, en particular, hemos visto manifestaciones notables y disturbios civiles en Chile y Venezuela en los últimos años». Este empeoramiento queda reflejado en que tres de los cinco países que bajan más puestos en el IPG pertenecen precisamente a esta región, como es el caso de Nicaragua , que tras la gran caída del año pasado debida a las protestas de abril de 2018, vuelve a descender 15 puestos, situándose en el número 135, de un total de 163 países; le sigue Venezuela, que baja al puesto 149; y Chile, que sufre la caída más notable, al descender 17 puestos, lo que le sigue situando, sin embargo, en el primer tercio de la tabla al ocupar el puesto número 45.
El mayor deterioro de todos lo sufre el país africano Benin , que desciende 35 puestos (baja al número 106) debido a la inestabilidad política y las protestas. Este dato confirma la realidad de lo que sucede en el norte de ese continente que junto a Oriente Próximo son las regiones menos pacíficas por sexto año consecutivo. Afganistán sigue en el último lugar de la tabla, una posición que ha ocupado durante dos años, seguido de Siria, Irak y Sudán del Sur.
Solo dos regiones del planeta mejorarían su índice de paz: América del Norte y Rusia y Euroasia . A esta precisamente pertenecen países como Azerbayán y Armenia, que son los que más ascienden en la tabla, doce y quince puestos, respectivamente, pese a encontrarse muy por debajo de la media (120 y 99, respectivamente).
Militarización
Uno de los indicadores de paz mundial que mejoraron en este último año, según el IPG, fue el de militarización que lo hace en un 4,4% desde 2008. Sin embargo, empeora en lo referente al gasto militar, al incrementarse por primera vez en cinco años. «Aunque el gasto militar en efecto aumentó ligeramente, disminuyeron tanto las importaciones como las exportaciones de armas, y mejoró el apoyo a la financiación de mantenimiento de la paz de la ONU -argumenta optimista Stroobants-. Esta es la continuación de una tendencia a más largo plazo, que ha visto caer tanto la tasa de las fuerzas armadas como el gasto militar casi de manera continuada durante la última década». En el ránking de militarización, el país con menor inversión militar vuelve a ser Islandia, que ocupa el primer puesto, mientras que Israel repite en el número 163, seguido de Rusia, Corea del Norte y Estados Unidos.
Terrorismo y homicidios
Otros indicadores que mejoran en el Índice de Paz Gloal de este año son los relativos a terrorismo y homicidios en el mundo. Segun el último informe, la cifra de muertos por terrorismo también sigue disminuyendo, situándose en 15.952, muy lejos de las 33.555 que fueron contabilizados hace cinco años. Lo mismo sucede con la tasa de homicidios, un indicador que mejora en 57 países, mientras que empeora en 42. En El Salvador , el país con mayor número de homicidios por cada 100.000 personas, la tasa de homicidios disminuyó en un 25%.
Impacto económico de la violencia
Por segundo año consecutivo, el impacto económico de la violencia se reduce, situándose el coste en 14.500 billones de dólares, es decir, el 10,6% del PIB mundial. Esa cifra supone un descenso del 0,2% respecto al año anterior, esto es, 29.000 millones de dólares. Esta reducción es consecuencia del descenso de muertes causadas por conflictos armados (que cayeron un 29%), especialmente en las regiones de Oriente Próximo y del Norte de África .
También contribuye a esta caída, la reducción del impacto económico del terrorismo, que cayó un 48% entre 2018 y 2019.
Las consecuencias del Covid-19 y cómo afrontarlas
Junto al informe sobre el Índice de Paz Global, el IEP ha realizado una proyección de cómo va a afectar la crisis del coronavirus a la paz mundial. El resultado no es nada optimista y puede suponer un grave retroceso. Según el IEP, el Covid-19 está impactando de forma negativa en todo el mundo, «con las naciones estando cada vez más polarizadas en su capacidad de mantener la paz y la seguridad. Esto revela el potencial del virus para anular años de desarrollo socio-económico, exacerbar las crisis humanitarias y agravar e instar a conflictos y malestar».
El IEP identifica el impacto económico de los confinamientos como una amenaza importante para la paz, derivado de la gran pérdida de empleos. Las reducciones de la ayuda interna se espera que contraigan las economías de la OCDE, desestabilizando a los países frágiles y afectados por los conflictos . Los gobiernos más estables no serán tampoco ajenos a las presiones a la hora de dar una respuesta adecuada a las carencias y problemas provocados por la crisis del Covid-19. «El aumento de la inestabilidad política se espera que se produzca en Europa, con previsión de aumento de los levantamientos y huelgas generales», indica el documento.
A esto se suma las ya existentes tensiones entre Estados Unidos y China, y la fricción dentro de las organizaciones multilaterales, como la Organización Mundial de la Salud y el Consejo de Seguridad de la ONU.
Para Stroobants, la pandemia «definitivamente» tiene el potencial de ser un factor importante a la hora de deteriorar el índice de paz mundial. «Aunque hubo una caída inicial en los disturbios civiles durante las primeras etapas de la pandemia, hemos visto un aumento de las manifestaciones violentas en las últimas semanas, especialmente en los Estados Unidos . A medida que las ramificaciones económicas de la pandemia y los confinamientos posteriores se manifiesten por completo en los próximos meses, la probabilidad de nuevos disturbios civiles solo aumentará».
En cuánto a qué países están más preparados para afrontar la consecuencias de la crisis del Covid-19, el director de Europa y MENA del IEP opina que aquellos que tienen «economías fuertes, bajos niveles de endeudamiento y una menor dependencia de las importaciones y exportaciones» serán los que estén mejor situados «para regresar más rápido a los niveles de crecimiento económico previos a la pandemia, aunque esto no garantiza la recuperación económica. También se necesitarán altos niveles de Paz positiva (las actitudes, instituciones y estructuras que crean y mantienen sociedades pacíficas)», explica. Y considera que «la resiliencia» es un factor clave que permitirá a las sociedades «hacer los sacrificios necesarios para volver a la normalidad».
Finalmente, le preguntamos sobre las capacidades de España para gestionar la etapa post-pandemia: «Hay tres dimensiones en las que se analiza un país en términos de su capacidad para recuperarse de los cierres de emergencia. Son el económico, el control soberano y la resiliencia social. Cuando los tres se agrupan, España se encuentra a la mitad de los 42 países analizados. Sin embargo, es baja en la dimensión económica», concluye.