El congreso socialdemócrata lanzará un ultimátum a Merkel

Los socialdemócratas alemanes exigirán salario mínimo de 12 euros para dar continuidad a la gran coalición

AFP

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La Casa Willy Brandt de Berlín sufre días convulsos como no se vivían desde la escisión de Oskar Lafontaine del Partido socialdemócrata (SPD), en tiempos del excanciller Gerhard Schröder. En las últimas 24 horas, la nueva directiva salida de las primarias, el dúo izquierdista que forman Norbert Walter-Borjans y Saskia Esken, había anunciado que presentaría, en el congreso que celebra el partido a partir de hoy, una moción para votar sobre la permanencia en la gran coalición de gobierno con los democristianos o la salida del SPD para dejar que Angela Merkel siga gobernando en minoría la segunda mitad de la legislatura, movimiento que podría fácilmente empujar a un adelanto electoral. El revuelo causado por semejante iniciativa ha movilizado en contra a buena parte de la estructura del partido y la ejecutiva ha celebrado una tensa reunión en la que la rompedora pareja se ha avenido a dejar el asunto en un ultimátum a Merkel. Según ha declarado a la salida de la reunión Walter-Borjans, exigirán «tres demandas para mantener viva la gran coalición: aumentar el paquete de protección climática», que asciende ya a 54.000 millones de euros, «inversiones masivas en infraestructura pública y decisiones sobre el mercado laboral que incluirán un salario mínimo de doce euros».

Fuentes del SPD al tanto del contenido de la reunión sugieren que ha sido necesario «hacerles poner los pies en el suelo» y mencionan que han sido puestos sobre la mesa los resultados de las encuestas que dan al SPD el 13% de los votos si se celebrasen hoy elecciones, para hacerles conscientes del peligro que corre el partido si se llegasen a convocar elecciones anticipadas, sin haber tenido tiempo de reponerse. Ante la falta de apoyos, Walter-Borjans y Esken han aceptado dar un paso atrás pero insistiendo en mostrar los dientes y escenificar una distancia ideológica respecto a Merkel. Con este posicionamiento, la nueva directiva del SPD pretende recobrar el voto obrero que en los últimos años está perdiendo en beneficio de la formación antieuropea y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD), aunque de momento lo que está consiguiendo es el rechazo frontal de los barones históricos del partido.

El expresidente del SPD, Sigmar Gabriel, se ha distanciado visiblemente de los elegidos en primarias, ha llamado abordar un debate real sobre el futuro y ha subrayado que «no se pueden comprar votos con el presupuesto público», en un artículo firmado en el diario progresista Tagesspiegel en el que alude a la irresponsabilidad de disparar el gasto público sin control cuando el país acaba de sortear por los pelos la recesión en el tercer trimestre del año. Björn Engholm, que fue ministro con los gobiernos de Helmut Schmidt y de Helmut Kohl, ha dudado en voz alta que los nuevos directivos «sean lo suficientemente maduros emocional e intelectualmente para la tarea», augurando «el comienzo de un nuevo fin» para el partido.

Desde la CDU de Merkel se ha dejado claro a lo largo de esta semana que los acuerdos de la gran coalición, largamente negociados, no serán reabiertos, pero se ha mostrado cierta disposición al diálogo. Cumplir con los compromisos contra el cambio climático es ya el objetivo prioritario del Ejecutivo de Merkel y el paquete climático podría ser ampliado. Las inversiones en infraestructuras serían también ampliables, pero el punto esencial de la moción es la subida del salario mínimo interprofesional, desde los actuales 9,19 euros por hora hasta los 12 euros por hora , y ese sí será una fuente de conflicto. En todo caso, una ruptura dela gran coalición no supondría automáticamente el fin inmediato de la legislatura. Merkel podría gobernar en minoría hasta, al menos, finales de 2020, con los presupuestos de ese ejercicio ya aprobados. El fin regular de su cuarto y último mandato, tras el que piensa retirarse, es 2021.

Como candidato a vicepresidente del SPD se presentará en este congreso el hasta ahora jefe de las juventudes (Jusos), Kevin Kühnert, que tras años de algaradas contra la gran coalición también ha reculado en las últimas 24 horas y ha descubierto que «dentro del Gobierno tenemos más capacidad de maniobrar que fuera». La nueva directiva del SPD se marca el objetivo de regresar a la zona del 30% en las encuestas para 2020, los resultados que obtenían en los años 80, desde la catástrofe de 2017, cuando obtuvieron solamente el 20,5%, su mínimo histórico a escala nacional.

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