Los comunistas portugueses dan la nota apoyando a Corea del Norte
Una delegación del país más hermético del planeta fue invitada a la fiesta del partido que lidera Jerónimo de Sousa
Justo cuando Corea del Norte se ha convertido en el enemigo público número uno para el mundo occidental, viene el Partido Comunista Portugués (PCP) a dar la nota mostrando su apoyo al hermético régimen de Kim Jong-un.
Parecería otra excentricidad más del líder de la formación lusa, socio imprescindible que sustenta el Gobierno socialista de António Costa , pero la cosa llega más lejos: una delegación de Corea del Norte fue recibida con todos los honores en la reciente Festa do Avante, la tradicional convocatoria anual con la que los comunistas celebran su nada desdeñable peso en el país vecino, donde pugnan con el Bloco de Esquerda por mantenerse como la tercera fuerza más votada.
El Partido de los Trabajadores de la nación más férrea (y surrealista) del planeta se hizo acreedor a un «saludo especial» por parte del secretario general del PCP, Jerónimo de Sousa, representante de la izquierda más recalcitrante, esa que encumbra el leninismo y mira por otro lado cuando escucha la palabra «dictadura».
Los «embajadores» asiáticos desembarcaron orgullosos después del lanzamiento de un misil con alcance hasta Japón. Eso sí, en absoluto escucharon ninguna crítica de su anfitrión, quien aprovechó la ocasión para culpar a las potencias occidentales por «la escalada armamentística, incluyendo las armas nucleares».
Días atrás, el polémico De Sousa había mostrado su «preocupación» por la tensión existente entre Corea del Norte y Estados Unidos , pero delante de sus «camaradas» apenas se limitó a echar balones fuera, una de las especialidades de este político de 70 años.
Según él, la «solución militar» no debería contemplarse en ningún momento, sino que su propuesta se centra en «potenciar el diálogo».
«Estamos hablando de un armamento que, desgraciadamente, tiene hoy capacidad para destruir la Tierra seis o siete veces. Todos los amantes de la paz deben hacer un esfuerzo para poner fin a esta escalada de proliferación nuclear, y la mejor forma es distender esta situación. Acabemos con las armas nucleares, sean quienes sean sus propietarios», había dicho hace unas semanas, aunque ninguna de esas palabras fueron pronunciadas en el acto para no incomodar a los comunistas norcoreanos.
Claro que a nadie puede sorprender esta postura amparada en la demagogia de raíz maoísta, debido a que Jerónimo de Sousa se ha permitido ensalzar en varias ocasiones al mismísimo Nicolás Maduro.
¿Por qué el primer ministro portugués, el socialista António Costa, no llama a capítulo a un socio tan chirriante? Es la pregunta que flota en el aire.