May se compara con Isabel I en su primera entrevista

La premier revela que su lema personal es «no dejes que los bastardos te hundan»

May durante una caminata junto a su marido por los Alpes suizos el pasado 12 de agosto REUTERS

LUIS VENTOSO

El poder cambia a todo el mundo y Theresa May, que llegó al Número 10 el pasado 11 de julio y está a punto de cumplir los 50 días en el cargo, no es una excepción. La líder conservadora, tímida y hermética, ha concedido a sus 59 años su primera entrevista sobre sus gustos personales . Eso sí, lo ha hecho a su estilo, eligiendo la revista local de Windsor, Maidenhead y Ascot. Preguntada por su personaje histórico favorito, opta por Isabel I, la Reina que se enfrentó a la Armada Invencible española en 1588. Voces de la oposición laborista la han acusado de «delirios de grandeza» por compararse a la legendaria Gloriana. Revela también que cree en la vida después de la muerte , que no le gusta su nariz y que lamenta no haber aprendido a tocar el piano. Confirma, por supuesto, su conocida pasión por los zapatos llamativos.

May destaca de Isabel I «que conocía su propia mente y triunfó en un entorno de hombres» . Y cita una frase de ella: «Sé que tengo el cuerpo débil de una mujer, pero tengo el estómago de un rey».

La primera ministra reúne mañana a su consejo de ministros en su residencia campestre oficial de Chequers. Será una cita complicada, porque hay disensiones en el gabinete sobre la velocidad y profundidad del Brexit. El ministro de Economía, el moderado Philip Hammond, que hizo campaña por Remain, quiere seguir en el mercado único y, sobre todo, garantizar que la City conservará su permiso para operar en lo relativo a la UE. Pero el llamado «trío del Brexit» , Boris Johnson (Exteriores), Liam Fox (Comercio Exterior) y David Davis (ministro para la salida de la UE) discrepan, en especial los dos últimos, eurófobos radicales.

Para encarar esas tensiones, May puede acogerse al que ha confesado que es su lema vital: «No dejes que los bastardos te hundan» , frase que hicieron célebre en la Segunda Guerra Mundial los oficiales ingleses de inteligencia. La primera ministra comenta también que odia «las grandes cabezas presuntuosas».

La líder tory, que en contra de lo que se dijo inicialmente sí se ha tomado vacaciones –doce días de montañismo en Suiza con su marido- cuenta en la entrevista que un ejemplo para ella de «felicidad absoluta» es caminar por los Alpes suizos con su Philip, un bienhumorado ejecutivo de la City, empleado en fondos de inversiones. Aunque no lo parece, se muestra romántica, y proclama que el momento más feliz de su vida fue en la iglesia el día de su boda .

En un Reino Unido donde el ateísmo ronda el 30% de la población, ella se atiene a la fe tradicional: cree en la otra vida, «soy hija de un vicario y miembro practicante de la Iglesia de Inglaterra» , recuerda. Su edificio británico favorito es el Parlamento de Westminster, porque encarna «nuestra libertad y democracia». Cuando se le pregunta por qué causa daría la vida, de nuevo elige «la libertad». Asegura que lo que más le deprime es «no conseguir hacer las cosas y ver las vidas de la gente heridas por la burocracia gubernamental». Admira «a la gente consagrada a los demás» y querría que los días tuviesen «ocho horas más».

En gustos culturales, le atraen las novelas policíacas, aunque si tiene que elegir un libro de cabecera se queda con «Orgullo y Prejuicio», el novelón romántico de Jane Austen. Todo resulta quinta esencialmente inglés en sus predilecciones.

May muestra sentido del humor . Comenta que no le gusta su nariz, que su gran defecto es llegar tarde y que le dan miedo «las serpientes, como a Indiana Jones, aunque este comentario puede llevar a alguien a preguntarse cómo es que estoy en política».

«¿Qué y quién es el mayor amor de su vida?», pregunta melosa la revistilla. «¿Qué? Los zapatos ¿Quién? Mi marido Philip», responde. May es famosa por su gusto por los mocasines atrevidos , a veces de vivos estampados. En 2002, cuando presidió provisionalmente el Partido Conservador y lanzó su sonado discurso tachándolo de «nasty party», la prensa destacó sus zapatos atigrados. La oposición la comparó con sorna con la filipina Imelda Marcos, que poseía una colección de 3.000 pares.

Su palabra favorita es muy rara, «serenpidia», que significa un golpe de suerte casual que permite hacer algo . A diferencia de Cameron, un obseso de los medios que hablaba casi a diario, May está espaciando sus declaraciones a la prensa, de ahí que hayan llamado la atención sus ingenuas declaraciones a una revista modesta.

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