Comienza el juicio contra la periodista australiana detenida en China
Cheng Lei, presentadora de la televisión estatal china CGTN, cumple 19 meses arrestada ante las acusaciones de «haber filtrado secretos de Estado»
Todo periodista intuye que convertirse en el centro de la atención mediática no siempre supone una buena noticia. La australiana Cheng Lei lo experimenta hoy en carne propia. Tras 19 meses detenida, esta mañana ha comenzado en Pekín un juicio contra ella, acusada por las autoridades chinas de violar la seguridad nacional.
Cheng, de origen chino, trabajaba como presentadora en la televisión oficial del gigante asiático , ‘CGTN’, hasta que en agosto de 2020 fue arrestada por, presuntamente, «proporcionar secretos de Estado al extranjero». Desde entonces no ha podido hablar con su familia, que defiende su inocencia. «Sus dos hijos y ancianos padres la echan mucho de menos y esperan sinceramente reencontrarse con ella tan pronto como sea posible», aseguraban en un comunicado remitido a la agencia ‘Reuters’.
La vista inicial ha tenido lugar en la Segunda Corte Popular Intermedia, al sur de la capital china. Varias decenas de policías y agentes de paisano controlaban la zona ante la presencia de diplomáticos y prensa internacional. El embajador australiano, Graham Fletcher, ha tratado de acceder a la sala para seguir el juicio –posibilidad contemplada en los acuerdos consulares–, pero las fuerzas de seguridad le han denegado el paso argumentando que este involucra «secretos de Estado».
«Es muy preocupante, insatisfactorio y lamentable», ha declarado a los medios allí presentes. «No tenemos confianza alguna en la validez de un proceso que se lleva a cabo en secreto». El embajador, no obstante, se ha mostrado cauteloso a la hora de valorar las motivaciones políticas del caso. «No hay razones para creer que así sea», ha despachado.
Hostilidad
La detención de Cheng Lei coincidió con una hostilidad creciente en la relación bilateral entre ambos países. Una polémica motivada por la petición de Australia ante la comunidad internacional reclamando una investigación sobre el origen de la pandemia , a la que China reaccionó aumentando los aranceles sobre sus productos. Los dos últimos corresponsales de medios australianos en suelo chino fueron evacuados en septiembre de 2020, apenas un mes después del arresto de la periodista, tras pasar varios días refugiados en complejos diplomáticos.
La ministra de Exteriores de Australia, Marise Payne, se refirió al caso el pasado sábado por medio de un comunicado emitido tras conocerse la fecha de la vista. El texto adelantaba que el Gobierno australiano había solicitado a su contraparte chino que autorizara la presencia de diplomáticos en la sala. «Esperamos que estándares básicos de justicia, legitimidad procedimental y tratamiento humano se cumplan de acuerdo a las normas internacionales», añadía.
Payne también informó que representantes consulares han mantenido varios encuentros con ella, el más reciente de ellos la semana pasada. El Gobierno australiano ha expresado en reiteradas ocasiones su preocupación por el bienestar de Cheng y las condiciones de su detención, dada la «falta de transparencia» sobre los delitos imputados . Las perspectivas no son halagüeñas: las cortes chinas declaran «culpable» a más del 99 por ciento de los acusados, según datos del portal especializado ‘China Justice Observer’. Los periodistas, como la propia Cheng, también saben que las malas noticias rara vez vienen solas.