Claves de la cumbre de Viena sobre la guerra en Siria

La presencia de Irán por primera vez permite albergar la esperanza de que este encuentro produzca resultados

MIKEL AYESTARAN

Apenas tres meses después de firmar el acuerdo nuclear, Estados Unidos ha invitado a Irán a la conferencia sobre Siria para intentar que la república islámica se convierta en parte de la solución. La diplomacia ha logrado derribar un muro de tres décadas entre las dos potencias, una situación que redibuja el mapa de equilibrios de la región y puede ser un primer paso para encontrar una solución a la guerra en Siria. Después de cinco años, todas las partes implicadas en el conflicto se sientan cara a cara.

¿Qué importancia tiene que todas las potencias negocien por vez primera juntos?

De momento se trata de un primer paso, de un gesto por parte de los dos grandes enemigos regionales, Irán y Arabia Saudí, que aceptan sentarse cara a cara para hablar de Siria, pero entre ellos hay más frentes abiertos como el de Yemen. Estos dos actores son los que dan a la guerra la dimensión de conflicto religioso porque representan al mundo chií y suní respectivamente. Aunque no haya resultados prácticos a corto plazo, el gesto de Teherán y Riad abre la puerta a pensar en un proceso serio.

¿Qué puede aportar Irán a la negociación?

Irán es, desde el comienzo de la crisis, el aliado más fiel de Bachar Al Assad. Teherán ha acudido al rescate del presidente con dinero, armas, asesores… y enviando a la milicia libanesa de Hizbolá. Junto a Rusia, blinda a un régimen cuyo futuro está en las manos de Moscú y Teherán. Las palabras de rusos e iraníes son órdenes para Assad y por eso la presencia de sus dos aliados en Viena tiene tanto peso o más que sentarse con los mismísimos enviados de Damasco. Rusia ha estado desde el principio en todas las cumbres, pero aceptar a Irán es aceptar al actor que puede ayudar a arreglar también el conflicto sectario de fondo.

¿Qué posibilidades hay de que se pongan de acuerdo?

Antes de comenzar a dialogar, la figura de Bachar Al Assad es el gran punto de desacuerdo entre las partes. Estados Unidos y los países del Golfo consideran que su salida del poder debe ser el primer paso para la pacificación, mientras que Rusia e Irán ven a Assad como una parte imprescindible en el proceso de transición. Teniendo en cuenta esta diferencia de partida, parece que los distintos países van a tratar de dejar a Assad a un lado durante las primeras sesiones para centrarse en el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que sobre el papel es la amenaza común.

¿Qué es de la oposición política siria en el extranjero?

Como ha ocurrido con la formación de una fuerza de “rebeldes moderados”, el deseo de Occidente y el Golfo de contar con una oposición política en el exilio ha sido un fracaso. Sus representantes no tienen capacidad de influencia sobre los grupos armados que operan sobre el terreno y, como se vio en cumbres anteriores como las de Ginebra, no hay una voz unida, ni un líder capaz de encabezar el movimiento. La denominada Coalición Nacional Siria, principal bloque político opositor, asegura que no ha recibido ninguna invitación para a las conversaciones de paz.

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