El cine vuelve a Riad, tras 35 años de sequía, con una cinta española

El levantamiento de la prohibición de salas de proyección en Arabia Saudí comenzará en 2018 con una película hispano-británica

Fotograma de la película «Born a King» que se rueda en Arabia Saudí ABC

FRANCISCO DE ANDRÉS

Arabia Saudí se despidió del cine con «E.T., el extraterrestre», allá por 1982, y volverá a abrir el telón el año que viene con una cinta hispano-británica, «Nacido Rey» , que parece un panegírico del príncipe heredero y «hombre fuerte», Mohamed bin Salman , pero en realidad es una historia de 1919 sobre el viaje a Londres de Faisal, el hijo del fundador de la dinastía saudí.

Con un comunicado oficial en el que se subrayan los beneficios económicos, las autoridades de Arabia Saudí han anunciado el levantamiento de la prohibición de las salas de cine en el reino, poniendo así fin a 35 años de veto. Las primeras salas y proyecciones de películas en público se estrenarán en marzo del año que viene precisamente con «Nacido Rey» («Born a King»), producida por Andrés Vicente Gómez y dirigida por Agustí Villaronga (Premio Goya con «Pa Negre» en 2010), según pudo saber la agencia Efe.

El organismo saudí competente advirtió, no obstante, que las cintas que se proyecten en el reino a partir de ese momento estarán sometidas a censura , para asegurar que no contradigan los «principios en vigor» (el régimen monárquico de los Saud) y los «valores de la Sharía», la ley islámica, que se aplica en el país de modo rigorista.

No se han dado más indicaciones sobre el régimen de censura, que será presumiblemente una más de las competencias de la Mutawa , la policía religiosa que coordina con las fuerzas de seguridad el cumplimiento de las normas de la moral pública.

Riad enmarca el levantamiento de la prohibición de las salas de cine en el programa de reforma social que impulsa el dirigente de facto del país, el príncipe heredero Mohamed bin Salman, de 32 años. El hijo menor y favorito del rey Salman tiene en su haber otras medidas liberales como el permiso de conducir para las mujeres –también en las pantallas a partir del año próximo–, y la posibilidad de que las saudíes accedan a algunos estadios deportivos, acompañados por sus guardianes varones.

Para vencer las resistencias del clero wahabí, el más radical de la corriente suní, el gobierno incide en los argumentos económicos de este nuevo paso aperturista y nunca pierde de vista un dato clave y peculiar: el 70 por ciento de la población saudí es menor de 30 años. Según Riad, la apertura de cines puede contribuir en 24.000 millones de dólares al PIB y crear 30.000 puestos de trabajo fijos de aquí al 2030.

No se han producido aún reacciones por parte del clero wahabí, responsable de la ola de prohibiciones a comienzos de los 80 para islamizar aún más la sociedad saudí, y que ostenta una especie de patente de corso a cambio de su respaldo oficial a los Saud . Ninguna autoridad wahabí se ha atrevido a contrariar al príncipe heredero, en particular desde la ola de detenciones de disidentes liberales y de príncipes y empresarios de dudosa lealtad.

El cine vuelve a Riad, tras 35 años de sequía, con una cinta española

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