Cinco historias dramáticas de casas de los horrores
El caso de los trece hermanos que han vivido en cautividad y han sido torturados por su padres trae a la actualidad otras tragedias como las de Natascha Kampusch o los crímenes de Joseph Fritzl
Hogar dulce hogar..., o no. Este se puede convertir en una casa de los horrores durante años, como ha demostrado la última noticia de una familia de California, cuyos padres matenían en cautividad a sus 13 hijos, a los que sometían a torturas . Pero este comportamiento, por desgracia, no es tan excepcional como desearíamos. Si tiramos de hemeroteca podemos encontrar casos como los de Joseph Fritzl, que mantuvo prisionera durante 24 años a su hija, a la que violó de manera sistemática y con la que tuvo varios hijos. O el caso de Natascha Kampusch, una joven que fue secuestrada y vivió en cautividad durante ocho años... Recordamos estos y otros casos.
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Natascha Kampusch, ocho años de cautiverio
El caso del secuestro y cautiverio de Natasha Kampusch durante 0cho años fue descrito como uno de los más dramáticos de la historia criminal de Austria. Durante 3.096 días (cifra que luego dio nombre a un libro), Natasha fue retenida por Wolfgang Pfiklopil, que la capturó cuando tenía tan solo diez años.
Vivió confinada en un pequeño habitáculo de 2,5 metros por cinco, en el sótano de su secuestrador, que no tenía ventanas. Durante los años que vivió en cautiverio, y según la versión de Kampusch, Pfiklopil dio libros y educó a la niña, con la que mantuvo relaciones sexuales. («voluntarias», según declaró después la joven a la policía) y habría tenido incluso algún embarazo.
El 23 de agosto de 2006, logró escapar cuando lavaba un coche en el exterior, y fue ayudada por una vecina. Antes de ser detenido por la policia, su captor se suicidó tirándose a las vías del tren.
El caso de Natasha fue muy polémico, pues al principio parecía mostrar síntomas de sufrir el «síndrome de Estocolmo», algo que luego ella misma desmintió.
Dos semanas después de huir, ofreció la primera de varias entrevistas a los medios de comunicación, que llegaron a ofrecer hasta 300.000 euros por sus declaraciones.
En 2013 publicó su autobiografía, en la que relata su cautiverio.
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Joseph Fritzl, el monstruo de Amstetten
Joseph Fritzl mantuvo durante 24 años a su hija Elizabeth secuestrada en el sótano de su propia casa, en la que supuestamente hacia una vida normal con su esposa. Pero no era así. El monstruo de Amstetten (una localidad situada a 130 kilómetros al oeste de Viena), como se le bautizó, abusó de manera sistemática de su hija, con la que que tuvo siete hijos, de los que sobrevivieron seis.
Elizabeth F. desapareció a los 18 años de edad, el 28 de agosto de 1984. Sus padres recibieron una carta, aparentemente de su puño y letra, en la que les pedía que no la buscaran.
Sin embargo, ella le dijo a la policía que, en realidad su padre -quien abusaba sexualmente de ella desde que tenía 11 años-, la llevó al sótano. Allí la drogó y maniató, antes de encerrarla.
La corresponsal de la BBC en Austria, Bethany Bell , informó que, según las autoridades, el caso se descubrió cuando la mayor de los hijos, Kerstin F., de 19 años de edad, fue ingresada en grave estado de salud en un hospital de Amstetten, hace pocos días.
Fue entonces que los médicos pidieron que se presentara su madre para que les informara sobre la historia clínica de la enferma.
En ese momento, Josef liberó a su hija y a los dos niños menores, y le dijo a su esposa, Rosemarie, que su hija «había decidido regresar» al hogar. Poco después fue arrestado. Era el año 2008. Fue condenado a cadena perpetua un año después, por los cargos de asesinato, esclavitud, privación de libertad, violación, incesto y coerción.
Presuntamente, la esposa de Joseph F., Rosemarie, no sabía lo que había estado ocurriendo, aunque tres de los seis niños de su hija habían sido criado por ella misma, tras decirle su marido que los había abandonado para unirse a una secta.
Elizabeth y sus seis hijos fueron ingresados en una clínica psiquiátrica, en un lugar secreto.
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Mil años de cárcel para Ariel Castro
La vida de Michelle, Gina de Jesús y Amanda cambió cuando se cruzó en ellas Ariel Castro. Contaban 20, 14 y 16 años, respectivamente, cuando fueron secuestradas en la ciudad de Cleveland por un conductor de autobús escolar. Su cautiverio duró más de una década, en los que sufrieron abusos y violaciones, y reclusión total. Lograron escapar en 2013.
En 2015, dos de ellas, Gina De Jesús y Amanda Berry escribieron un libro en el que narraron todas las penurias que vivieron durante esos diez años. Durante una entrevista con la BBC , Amanda relató cómo la primera semana de cautiverio, Castro le preguntó si necesitaba algo de la tienda. «Le dije que sí, que un cuaderno para dibujar y una libreta, estaría bien». La joven tenía un código de «X» para contabilizar las veces que Castro abusó de ella . En ocasiones cinco veces el mismo día.
«Sabía que eventualmente sería liberada», contó Berry, que fruto de las violaciones tuvo un hijo, que contaba seis años cuando también fue liberado. «Quería que mi familia supiera por lo que pasé, lo horrible que fue y quería que (Castro) rindiera cuentas por ello».
Las tres lograron escapar en 2013 aprovechando una ausencia de su secuestrador, y gracias a la ayuda de una vecina. Castro se confesó culpable de 937 acusaciones a cambio de no ser ejecutado Condenado a cadena perpetua, se ahorcó un mes después en su celda.
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El pederasta belga de Dutroux
El «caso Dutroux» saltó a las primeras páginas de los periódicos el 13 de agosto de 1996, cuando la Policía atrapó a Marc Dutroux , el pederasta belga que secuestró, violó y mató a varias niñas. Fue detenido junto a su mujer y otro de sus cómplices. Dos días más tarde eran liberadas las niñas Sabine Dardenne y Laetitia Delhez, a las que Dutroux tenía secuestradas en el sótano de la casa.
Poco después, los investigadores exhumaron los cadáveres de otras cuatro víctimas, Julie y Mélissa, ambas de ocho años, y An y Eefje, de 17 y 19 años, respectivamente, enterradas por Dutroux tras haberlas violado en repetidas ocasiones y dejado morir de inanición. Fue condenado a cadena perpetua en 2004. Según las leyes de Bélgica, puede ser liberado una vez que cumpla una tercera parte de la condena. En 2013 pidió que se le permutara la prisión por arresto domiciliario, bajo vigilancia electrónica, pero no se le permitió.
La esposa Michelle Martin fue condenada a prisión por haber dejado morir de hambre a dos chicas. Fue liberada en 2012. Actualmente vive en un convento.
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Aravindan Balakrishnan, gurú de una secta
Un tribunal de Londres condenó a 30 años de prisión en 2015 a Aravindan Balakrishnan, de 75 años , conocido entre sus acólitos como «Compadre Bala», por llevó a cabo durante años una campaña «brutal» de violencia y «degradación sexual» contra mujeres a las que manipulaba. En el Tribunal de Southwark, al sur de Londres, la jueza Deborah Taylor declaró culpable a Balakrishnan de seis cargos de abuso sexual y cuatro de violación , además de dos acusaciones de daños físicos, crueldad a un menor de 16 años y falso encarcelamiento.
A lo largo de tres décadas, Balakrishnan empleó el terror, la violencia y los abusos sexuales para someter la voluntad de sus víctimas, a quienes hizo creer que tenía poderes divinos y esclavizó. La fiscalía desveló que Balakrishnan violó a dos seguidoras de ese culto supuestamente maoísta y retuvo prisionera a su hija durante tres décadas en una comuna en el sur de Londres, donde la vejaba y la privó de cualquier vida social.