Cientos de manifestantes protestan contra el régimen castrista frente a la Embajada de Cuba en Madrid
Entre gritos de «¡asesinos!», «¡Cuba libre, ya!» o «¡abajo el comunismo!» y con pancartas y banderas, los manifestantes piden el fin de la represión
Hierve el Paseo de La Habana en la tarde de julio. Más de medio centenar de cubanos exiliados y simpatizantes se concentran frente a la embajada de Cuba con dos mensajes muy claros: que caiga el régimen castrista y la libertad de la compañera Camila Acosta , corresponsal de ABC en La Habana y quien, tras ser detenida horas, será procesada por 'delitos contra la seguridad del Estado'. Cinco furgones de la policía protegen a quienes han mostrado el apoyo al castrismo dentro de la Embajada, cerca de cincuenta personas que a las 20.15 empezaron a «dispersarse en grupos para no llamar la atención».
Curioso que en el grupo de los afines al castrismo se desgañitaran en gritos como de La Pasionaria, llamaran «lacayos del imperio a los periodistas» y llevasen en la rodilla tatuajes de la Revolución Sandinista. Lo resume Aida, con carteles reversibles que hablan del bloqueo de los Estados Unidos. La policía habla aquí de la «manifestación comunista», mientras en la puerta de coches de la embajada un señor con gorra de béisbol mira el móvil. Con una tranquilidad que ni Fidel.
Pero es en el otro lado del Paseo de La Habana donde se escuchan las tumbaras, los gritos contra el comunismo. Donde piden «ayuda a Ayuso» y donde un tambor da ritmo tropical a los gritos de libertad. «Pinga comunismo», «Díaz-Canel asesino» y así. Los vecinos del barrio (Paseo de La Habana) daban gritos de ánimo, mientras Rocío Monasterio, bajo un paraguas verde del sindicato Libertad, no descartaba que Enrique Santiago, secretario de agenda 2030, anduviese dentro de la embajada. «Al fin y al cabo son de los suyos» decía la diputada autonómica de Vox.
El autobús 14, que va a Conde Casal, también daba ánimos a los que quieren un cambio de régimen. A las 20.30 se desmovilizó todo. Aunque anuncian que volverán. Y no están solos. Un tipo con el casco del Capitán América y los colores de España lanza todas las quejas del venezolano.
«Ya lo pagarán por lo que le han hecho a la patria mía», se despide un joven cubano mientras parte calle abajo con su motocicleta.
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