El choque entre Teherán y Riad amenaza el proceso de paz sirio

Kuwait se suma al frente prosaudí y llama a consultas a su embajador en Irán

Un joven lleva un cóctel molotov en las protestas en Bahréin por la ejecución del clérigo chíiREUTERS

M. ERICE/J. PÉREZ DE LA CRUZ

La ruptura de relaciones entre Arabia Saudí , con sus aliados, e Irán, se ha colado en el proceso de paz sobre Siria en el momento más inoportuno. Con cinco años y 250.000 muertos que pesan como una losa sobre las Naciones Unidas y las primeras potencias del planeta, el objetivo de la crucial cita del 25 de enero en Ginebra de lograr un alto el fuego no puede estar más en riesgo. Aunque Arabia Saudí mantiene su intención de acudir a la ciudad helvética, donde coincidirá con el ministro de Exteriores iraní, su embajador en la ONU, Abdalá Al Mouallimi , se mostró muy poco optimista sobre el éxito de la citada reunión. En ella ha puesto todas sus esperanzas el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, tras la declaración de Naciones Unidas del 18 de diciembre, tras la que también el enviado especial para Siria de este organismo, Staffan de Mistura, y el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, habían mostrado su optimismo.

De hecho, se espera que por primera vez estén presentes en el esperado encuentro internacional representantes del Gobierno de Bashar Al Assad y de la oposición siria, hasta ahora irreconciliables. La alta tensión entre saudíes e iraníes, que ha reavivado el sempiterno choque entre el sunismo y el chiísmo dentro del islam, ha llevado el temor a la Administración Obama a que se arruine el débil edificio para construir la paz. «Esto va a poner las cosas muy complicadas», aseguró a Reuters un portavoz oficial de estadounidense que prefirió mantener el anonimato. Mientras otro portavoz remachaba: «Obviamente, esto está muy frágil».

Distanciamiento entre Washington y Riad

Al enfrentamiento entre Arabia e Irán hay que sumar el progresivo distanciamiento entre Washington y Riad desde que Estados Unidos (con Rusia y la UE) suscribiera el acuerdo nuclear con el régimen de los ayatolás , consistente en el fin de las sanciones a Irán a cambio de un freno en su desarrollo nuclear. Precisamente para intentar salvar el proceso de paz sirio, el representante especial de la ONU para este conflicto, Stafan de Mistura, viajó ayer a Riad para entrevistarse con las autoridades saudíes con el objetivo de salvar el proceso de paz y elaborar un calendario de negociaciones. No será fácil, pero De Mistura insistió en que, pese a todo, las autoridades saudíes «están decididas a que la tensión existente en la región no tenga un impacto negativo sobre las conversaciones».

No obstante, en el frente diplomático, los aliados de Arabia Saudí siguen cerrando filas frente a Teherán. Ayer fue el turno de Kuwait que llamó a consultas a su embajador , en la estela de las medidas adoptadas previamente por Bahréin, Sudán y Emiratos, aunque no llegó a romper relaciones. Bahréin dio un paso más y decidió suspender sus vuelos a Irán , misma medida adoptada un día antes por Arabia Saudí. Las protestas se mantienen en Irán, pero con menos intensidad. Y las autoridades iraníes deben hacer ahora frente al hecho de que el conflicto puede dañar su esfuerzo por volver a la escena internacional tras el pacto nuclear firmado con las potencias. Sobre todo después de que el Consejo de Seguridad condenase el ataque a la embajada saudí en Teherán.

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