China y Rusia contra el mundo

Xi y Putin presumen de buena sintonía en una videoconferencia y llaman a «salvaguardar sus intereses de seguridad»

Putin y Xi, durante una reunión telemática Reuters

Jaime Santirso

El enemigo de mi enemigo es mi amigo, reza la máxima, sobre todo si este ya lo era antes. La Cumbre para la Democracia organizada la semana pasada por Estados Unidos dejó fuera a China y Rusia , un repudio ante el que ambas potencias han optado por arrejuntarse aún más. Xi Jinping y Vladimir Putin mantuvieron ayer una videoconferencia, el 37º encuentro entre ambos, prueba de su buena sintonía. Rusia es también el país que más veces ha visitado el líder chino desde su llegada al poder en 2012: ocho, el doble que el segundo país en la lista, Estados Unidos, con cuatro.

Este encuentro virtual llega en un momento apropiado dados los tambores de guerra que, aunque todavía lejanos, comienzan a sonar tanto en Ucrania como en Taiwán. La comunidad internacional se mantiene en alerta ante el despliegue de tropas rusas frente al Donbás y la intensidad retórica del gigante asiático, que nunca ha renunciado a recurrir a la fuerza para tomar la isla que considera una provincia rebelde. Frente a la amenaza de sanciones, los líderes defendieron la necesidad de cooperar para «salvaguardar de manera más efectiva los intereses de seguridad de ambas partes».

«En la actualidad, bajo el disfraz de democracia y derechos humanos, ciertas fuerzas internacionales están interfiriendo arbitrariamente en los asuntos internos de China y Rusia , pisoteando con violencia el derecho internacional», denunció Xi . «El mundo ha entrado en un periodo de cambios turbulentos», añadió, pero «las relaciones entre China y Rusia han resistido la prueba de varias tormentas y demostrado una nueva vitalidad».

Nuevo modelo de cooperación

Putin, por su parte, celebró «la formación de un nuevo modelo de cooperación entre nuestros países, uno basado en fundamentos como la no injerencia en asuntos internos y el respeto por los intereses de los demás». «Ningún intento de sembrar la discordia entre Rusia y China tendrá éxito», zanjó. A la buena relación entre ambos países contribuye la proximidad personal entre sus líderes, que se interpelaron mutuamente como «querido» o «viejo amigo».

Sus lazos, sin embargo, no están exentos de controversia. China y Rusia, que comparten una frontera de 4.250 kilómetros , mantienen rencillas históricas sin resolver, cuestiones que han quedado acalladas ante un alineamiento casi total en materia de geopolítica y economía. Xi alardeó de que, por primera vez en la historia, el volumen de comercio entre ambos países rebasó los 100.000 millones de dólares (88.600 millones de euros) en el tercer trimestre del año.

Durante su intervención, Putin se comprometió a asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 que darán comienzo en apenas mes y medio. Se trata del primer líder internacional en hacerlo, un apoyo significativo ante el boicot diplomático de países occidentales como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Lituania; una lista a la que pronto podría unirse Japón. Otros, como Francia o Corea del Sur, han desestimado la idea.

«Espero que en febrero del año que viene por fin podamos vernos en persona en Pekín», apuntó el líder ruso. Un gesto amistoso incentivado, de nuevo, por las circunstancias: «Siempre nos hemos apoyado el uno al otro, sin discusión, en cuestiones de cooperación atlética internacional, incluyendo el rechazo de cualquier intento de politizar el deporte o el movimiento olímpico».

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