El chavismo duda sobre su estrategia frente a la victoria opositora
A Maduro se le cierran los plazos para pedir revisar los resultados de las legislativas

A pesar de sus contundentes declaraciones tras la derrota del 6 de diciembre, cuando la oposición logró 112 diputados, frente a los 55 del chavismo, el Gobierno venezolano está mostrando grandes dudas sobre la estrategia que debe seguir para confrontar a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y su mayoría cualificada en la Asamblea Nacional.
Tan pronto el chavismo constituye un parlamento alternativo, supuestamente dando por perdido el pulso por el control del verdadero, como da señales de que aún está considerando revisar el resultado electoral. Y cuando se plantea la impugnación de las mismas elecciones , alegando el elevado número de votos nulos registrados, deja que primero el Consejo Nacional Electoral cierre por vacaciones y luego lo haga al Tribunal Supremo de Justicia: ambas instituciones no tienen previsto trabajar con normalidad hasta el 11 de enero, una semana después de que se haya constituido la nueva Asamblea Nacional. Además, Maduro comunicó el cese de todos sus ministros y ya han pasado más de diez días sin que anunciara su nuevo equipo.
Divisiones internas
Es posible que la falta de estrategia se deba a divisiones internas. Las mismas objeciones que hubo en parte del Alto Mando la noche del 6 de diciembre para acciones tendentes a «romper» las elecciones podrían ser las esgrimidas ahora frente a soluciones que supongan desoír completamente el resultado electoral, tales como completar la estructura de un Estado Comunal , sin legitimidad democrática, o buscar una impugnación global de los comicios.
Esto último, con el auxilio del Consejo Electoral o del Tribunal Supremo, ambos dominados por el oficialismo, podría tener como fin provocar manifestaciones callejeras de la oposición que a su vez serían confrontadas por grupos paramilitares, de forma que ante esa violencia el Gobierno justificara adoptar poderes excepcionales , cancelando la Asamblea Nacional.
Pero la indecisión demostrada por el chavismo cierra la ventana de tiempo debido al lapso navideño, tradicionalmente largo en el Caribe. Si la Asamblea Nacional se constituyera el día 5 de enero, el Gobierno tendría después muy complicada una impugnación de los resultados.
Mayoría cualificada
Lo que entonces le quedaría al chavismo sería maniobrar para revocar la elección de al menos tres diputados opositores, con lo que la MUD quedaría por debajo de la mayoría cualificada de dos tercios que ahora tiene y que le otorga grandes poderes.
Para ello podría invocar el argumento de los votos nulos, aunque aplicándolo solo a los distritos en los que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se quedó cerca de obtener un escaño. El 6 de diciembre se registraron cerca de 1,5 millones de votos nulos, lo que afectó al 4,8 por ciento de los electores que fueron a votar. Aunque se trata de un porcentaje superior al de otras elecciones (en las parlamentarias de 2010 hubo 2,5 por ciento), nunca el Gobierno dijo que el voto nulo cuestionara el resultado.
No es posible determinar para qué partido hubieran sido los votos que la máquina de votación, en un proceso completamente electrónico, rechazó. También cabe que el votante hubiera operado mal la máquina como un intento de voto en blanco, que en Venezuela no existe. De todos modos, se puede afirmar que perjudicó más a la MUD, pues en los distritos con más votos nulos tuvo 12 escaños, frente a 19 del PSUV.