La voz del Chapo por fin le incrimina: discute un envío de coca de las FARC
Una grabación de una conversación con la guerrilla colombiana de las FARC para un envío de seis toneladas de cocaína es la primera vez en la que el narco pone voz a sus crímenes
La fiscalía presentó ayer en el juicio contra Joaquín Guzmán , más conocido como el ‘Chapo’, una grabación hasta ahora desconocida que constituye la incriminación más clara por su propia voz que se tiene del supuesto jefe del cartel de Sinaloa. Tras cinco semanas de juicio contra el ‘Chapo’, se han escuchado decenas de horas de interrogatorios a testigos y agentes de la lucha contra el narcotráfico. La primera grabación definitiva del liderazgo del ‘Chapo’ en el negocio de la droga fue este jueves, con una conversación telefónica pinchada en 2010 entre el acusado y, al parecer, un miembro de las FARC, la guerrilla colombiana.
El testimonio supone además una nueva prueba de la participación de los guerrilleros en el negocio de la droga. En la llamada, el ‘Chapo’ negocia que las FARC le envíen seis toneladas de cocaína a través de Guayaquil, en Perú.
La grabación se dio a conocer durante el interrogatorio de Jorge Milton Cifuentes , alias ‘Simón’, un narco colombiano que se asoció con el ‘Chapo’ en el envío de cocaína a México y Canadá, para después ser distribuida en EE.UU.
«Le vamos a poner cuatro toneladas en propiedades y le vamos a pagar dos toneladas al contado», dice el ‘Chapo’ a su interlocutor guerrillero en un momento. Era una propuesta de negocio para un envío considerable: enviar seis toneladas de cocaína controlada por las FARC, a través de Ecuador. La idea del acusado era comprar dos tercios del cargamento a crédito, dejando como garantía varias propiedades en Cali (Colombia) de Cifuentes, con quien el ‘Chapo’ había tenido sus más y sus menos. ¿Por qué aceptó Cifuentes ceder sus propiedades? Su hermano, Álex, también narco, estaba en aquellos momentos en México retenido por el cartel de Sinaloa y temía por su seguridad.
Esta prueba sonora es la primera vez en la que al ‘Chapo’ se le escucha en primera persona actuando con el rol que le otorga la fiscalía: el del líder de un cartel poderoso del narcotráfico. «¿A cómo nos la va a dar?», pregunta al miembro de las FARC sobre la cocaína. Es el comienzo de un regateo entre ambos sobre el precio por kilo de la mercancía, que acaba situada en 2.100 dólares el kilo , incluido el transporte hasta el domicilio deseado en Guayaquil.
En el comienzo de la conversación, el ‘Chapo’ buscaba convencer a su posible socio del negocio. «Mande un secretario para que mire y conozca la seriedad, que aquí no hay ninguna mentira», le dice. «Si quiere que mi sobrino se quede allá con este hasta que lo arreglen», dice, en un ofrecimiento de su familiar como garantía de la devolución del dinero. «Aquí hay seriedad» . Para certificarle que trabajaba con el cartel de Sinaloa, le explícita quién era su socio: «El de la M, el la M», dice en referencia a Ismael ‘Mayo’ Zambada, el otro líder del cartel.
Una de las prioridades para el ‘Chapo’ era cerciorarse de que la droga era de calidad. Un anterior envío de las FARC, en el que también participó Cifuentes, había movido cocaína de mala calidad. « Necesitamos que las cosas estén buenas », dice el narco, que solicita que un «técnico» vaya a inspeccionar la droga.
La llamada destila mucha desconfianza entre ambas partes. El ‘Chapo’ no se fía de la calidad de la mercancía , y el integrante de las FARC quiere más protecciones económicas. Al final, según aseguró Cifuentes en el juicio, la operación no salió adelante. Sin embargo, el documento, además de ser una nueva prueba del negocio narco de las FARC, ilustra a la perfección las dotes negociadoras del ‘Chapo’ y su intervención directa en los asuntos decisivos del negocio, como la fijación del precio y las condiciones de pago y de envío. Mientras se escuchaba su voz en la sala, con la cinta detenida una y otra vez por la fiscalía para preguntar detalles a Cifuentes, el ‘Chapo’ no cambiaba su expresión. Como si el que hablara fuera otro.
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