«El Castigador» de Filipinas
Durante su periplo como alcalde de Davao, sobre Rodrigo Duterte campean sangrantes lazos con los grupos de vigilantes o patrullas urbanas que sumergieron a la ciudad en el terror
Rodrigo Duterte (71 años), el nuevo presidente de Filipinas, ha sido definido como el «Donald Trump del país asiático» . Sin embargo, en su defensa, al candidato republicano nunca nadie le acusó de formar parte de «escuadrones de la muerte».
Durante su periplo como alcalde de Davao, sobre Duterte campean sangrantes lazos con los grupos de vigilantes o patrullas urbanas que sumergieron a la ciudad en el terror a finales de los 90. La ONG de derechos humanos Human Rights Watch estima en más de un millar los muertes en Davao durante su época de alcalde en los 90. Un liderazgo que le valió el apelativo de «El Castigador».
A nivel internacional, no obstante, su mayor altercado reciente tiene nombres y apellidos. Durante un acto electoral, el entonces candidato realizaba un controvertido comentario sobre la violación y muerte de una ciudadana australiana, Jacqueline Hamill, donde lamentaba, no tanto la agresión sexual, sino la belleza de la víctima . «El alcalde debió haber sido el primero», declaraba Hamill es una de los cinco misioneras asesinados en 1989 durante la toma de rehenes en la prisión de Davao. Otras 16 personas resultaron fallecidas.
La verborrea de Duterte es definitoria de sus futuras acciones. «No me llaméis señor presidente. Llamadme alcalde de Filipinas» , aseguraba al poco de conocerse su victoria en los comicios.
«No dude en contactar con nosotros, la policía, o hágalo usted mismo. Si dispone del arma, tiene mi apoyo» , aconseja Duterte a su población sobre cómo enfrentarse a los presuntos criminales.
