Carmen de Carlos - EN EJE

«Santa cristina»

La puesta en libertad de Lula servirá para que el kirchnerismo insista en que su lideresa es inocente

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«Lo que Lula dice del Poder Judicial no es muy distinto a lo que digo yo de la Justicia argentina. Acá se rasgan las vestiduras, pero sólo digo la verdad». La frase del presidente electo, Alberto Fernández, tenía implícito un mensaje no dicho: Cristina Fernández es una perseguida política, como Lula.

La campaña para santificar a la expresidenta que bate récords en acumular procesamientos y órdenes de detención por corrupta, comenzó esta semana tras conocerse la liberación del expresidente condenado, en dos instancias judiciales, también por corrupción y lavado de capitales. El Supremo de Brasil consideró que no se puede encarcelar a nadie hasta que no se hayan agotado todos los recursos posibles y con su decisión, prácticamente, obligará a dejar en libertad a miles de criminales que están entre rejas.

Es probable que Lula vuelva al calabozo, pero mientras tanto, su caso y su causa servirán para que el kirchnerismo insista en tratar de convencer a los argentinos, al mundo y a ellos mismos de un imposible: que su lideresa es inocente de todo. Fernández, el mismo que a partir del 10 de diciembre podrá indultar a quien se le antoje, vino a decir algo más y en este punto no le falta razón, que la Justicia argentina, como diría el exalcalde de Jerez Pedro Pacheco, «es un cachondeo».

Bastaron las primarias de agosto, donde se anticipó la victoria del kirchnerismo, para que las causas de la expresidenta se ralentizaran. Los abogados de la viuda de Néstor Kirchner, especialistas en dilatar y obstaculizar los procesos, se encontraron, en un abrir y cerrar de ojos, con una ayuda inestimable. Lo mismo o parecido comenzó a suceder con la tropa propia que satura los tribunales. A Amado Boudou, el exvicepresidente que se apropió de la fábrica de imprimir moneda, ya le están poniendo un rostro angelical y a Guillermo Moreno, el secretario de Comercio que dinamitó el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) y a más de uno sacudió (físicamente) por no pensar como él, le «cancelaron» la última investigación judicial y la vista oral. A este paso, antes del 10 de diciembre todos son declarados santa y «Cristina», la primera.

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