Carmen de Carlos - EN EJE
«Matarife»
Una microserie colombiana donde el objetivo a derribar es el expresidente Álvaro Uribe Vélez
Colombia se revuelve, más en contra que a favor, con la microserie «Matarife, un genocida innombrable». Se trata de 50 capítulos, de 6 minutos de duración, donde el objetivo a derribar es el expresidente Álvaro Uribe Vélez. La producción, de financiación poco clara, se difunde fundamentalmente a través de las redes Telegram (la rusa) y Whatsapp (la estadounidense). En el segundo episodio, se introducen imágenes de la dictadura argentina y de Rafael Videla jurando el cargo de Presidente, tras el golpe de Estado de marzo de 1976. La secuencia continúa con recortes de campos de exterminio de judíos, fragmentos de los juicios de Nurenberg y primeros planos de Hitler como si fuera el espejo de Uribe. Las escenas son tan doloramente absurdas que si no fuera por el daño que hacen, a la imagen del expresidente pero también a la de Colombia, provocarían hilaridad.
La cinta de Daniel Mendoza, guionista, narrador protagonista y creador de una producción a la que ya le han sacado los colores por su escaso rigor, no se tomó demasiado en serio al principio. Parecía que, como la diana del escarnio era Uribe, éste podía defenderse solo. Ahora, la cosa ha empezado a cambiar porque, en 18 minutos acumulados, empiezan a colarse otros nombres con acusaciones similares de vínculos con redes de narcotráfico, paramilitares y corrupción. Es el caso de Marta Lucía Ramírez, actual vicepresidenta y exministra de Defensa de Uribe que alcanza protagonismo propio en el tercer capítulo, «Esquirlas sociopáticas» (todos los títulos son de ese trazo). Iván Duque, presidente de Colombia, cargo al que llegó aupado por Uribe, intervino en su defensa en Twitter (el mundo hoy se reduce a eso, a redes sociales) donde observó. «Las infamias en su contra siempre son derrotadas con la rectitud de su actuar».
Tanto Marta Lucía Ramírez como Álvaro Uribe, recurrieron a sus abogados. Lo más probable es que ambos ganen esta disputa pero, sin duda, el gran perjudicado es el expresidente que sufrió 17 atentados, terminó con las Autodefensas Unidas (paramilitares) y estuvo a un paso de liquidar a las FARC y al ELN. Uribe tiene medio centenar de juicios pendientes pero no ha sido condenado en ninguno. Llamarle «Matarife» y compararle con gente como Videla o Hitler es injusto pero mucho más que sus colegas, que tanto le deben, no salgan en tromba a defenderle.