Los carabineros mataron de una paliza al joven Cucchi

Un agente admitió las torturas al toxicómano y acusó a dos de sus compañeros

Fotografía de archivo de un carabinero en la puerta del terreno donde se encontraron los restos deLea Garofalo EFE

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Han tenido que pasar nueve años para que cayera el muro de silencio sobre la muerte de Stefano Cucchi , aparejador y toxicómano romano, detenido por traficar con pequeñas cantidades de droga. Cucchi, de 29 años, fue masacrado por los carabineros siete días después de su arresto el 15 de octubre de 2009 por posesión de 21 gramos de hachís, un par de gramos de cocaína y una pastilla de un fármaco para tratar su epilepsia.

Cuando fue detenido, los carabineros le dijeron a la madre: «Señora, no se preocupe; por lo poco que hemos encontrado, su hijo mañana estará en casa. Sin embargo, no lo pudo ver vivo nunca más. Siete días después estaba sobre la mesa del depósito de cadáveres para la autopsia», declaró su hermana Ilaria . Gracias a su larga lucha y coraje se ha podido llegar a la verdad tras años de silencio, mentiras y ocultación de pruebas.

Aquella autopsia no evidenció ningún responsable de la muerte de Stefano Cucchi, a pesar de su cara tumefacta y el cuerpo lleno de moratones mostraban claramente que había recibido numerosos golpes. Finalmente este jueves, en el proceso en el que están acusados cinco militares, por primera vez un carabinero acusó a dos de sus colegas de masacrar a Cucci. Francesco Tedesco, miembro del Arma de Carabineros, uno de los imputados, reconstruyó ante el fiscal el 30 de julio cómo fue la paliza. Esta declaración trascendió en la audiencia del jueves: «Fue una acción combinada. Cucchi al principio comenzó a perder el equilibrio por la patada de D’ Alessandro, después fue el empujón de Di Bernardo -ambos colegas carabineros- que le hizo perder el equilibrio provocándole una violenta caída. También el siguiente golpe en la cabeza fue muy violento; recuerdo haber sentido el ruido. Les dije: “¡Basta, qué hacéis! ¡Cómo podéis tratarlo así!”», contó al fiscal el carabinero Francesco Tedesco, precisando que «D’Alessandro dio una patada en la cara a Cucchi cuando estaba en el suelo».

La declaración del carabinero Tedesco ha supuesto un golpe incalculable para el Arma de Carabineros y para el Estado. En lugar de custodiarlo como era su deber, respetando la ley y los derechos de cualquier ciudadano, dos militares le dieron una paliza hasta llevarlo a su muerte. Las mentiras y las complicidades para ocultar la verdad han durado nueve años en los que se ha manchado continuamente el nombre de la familia.

Salvini debe disculparse

El ministro del Interior y vicepresidente de Italia, Matteo Salvini, defendió siempre a los militares y llegó a decir que «la hermana se tendría que avergonzar, da asco» sobre la lucha por la verdad que emprendió Ilaria Cucchi. Ahora, Salvini ha invitado a la familia al Ministerio. «El día en que el ministro del Interior me pida disculpas a mí, a mi familia y a Stefano entonces podré, antes no», le ha respondido ella.

Las pruebas que demuestran que Cucchi falleció por los golpes recibidos han salido a la luz gracias a su hermana Ilaria. Una historia recogida en la película «Sulla mia pelle», que causó conmoción en la Mostra de Cine de Venecia, donde se reconstruye los últimos días del joven y las torturas que padeció, la película se basa en más de 10.000 hojas de actas judiciales . «¿Cómo es posible que entre 140 personas que tuvieron contacto con Stefano Cucchi en esos días, ninguno viera lo que realmente pasó?», expresó el director del film, Alessio Cremonini.

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