Caos en Londres por la huelga de miles de trabajadores del metro
Algunas empresas le pidieron a sus empleados que teletrabajaran, como previsión ante la inminente huelga
Más de diez mil trabajadores del servicio público londinense (TfL, por sus siglas en inglés) se sumaron ayer a la huelga del metro que provocó un verdadero caos en la capital británica y que amenaza con extenderse. La jornada, en la que todas las líneas fueron suspendidas por completo durante varias horas, aunque luego algunas empezaron a funcionar con servicios mínimos, dejó imágenes como la de grandes grupos de pasajeros disputándose la entrada en los autobuses, cuya capacidad está muy por debajo de la de los trenes subterráneos, o discutiendo por el uso de taxis. Los que hicieron su agosto fueron los conductores de Uber.
Los trabajadores se declararon en huelga después de que las partes se levantaran de la mesa de negociación en la que se pretendía evitar la suspensión de los servicios tras solo veinte minutos de conversación. Así, los empleados decidieron seguir adelante con su protesta por la pérdida de puestos de trabajo y por la gestión de las pensiones. Y aunque algunas empresas le pidieron a sus empleados que teletrabajaran, como previsión ante la inminente huelga, otros intentaron acudir a sus puestos, en muchos casos sin éxito. Desde el sindicato RMT, organizador de la protesta, amenazaron con otro parón general el jueves si no se llega antes a un acuerdo. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, sabe que «las condiciones» en las que se trabaja «son injustas» declaró el secretario general del sindicato, Mick Lynch.