Cándido Ibar: «Es la primera vez en los últimos meses que veo a Pablo con ganas de vivir»
El padre del preso de origen guipuzcoano visitó a su hijo en la cárcel tras conocer el fallo y le encontró animado, ya sin la amenaza de la pena de muerte
Cándido Ibar, el padre de Pablo, era ayer más feliz, mucho más feliz. A mediodía visitó a su hijo en la prisión de Broward County, en Fort Lauderdale. Fue el reencuentro entre padre e hijo, después de que el jurado salvara a este último de la muerte. La condena a cadena perpetua que le impuso era el mal menor, casi un éxito. El tono de voz de Cándido era jovial, aun cuando apenas había descansado. «A la una de la madrugada he apagado el móvil y cuando lo he activado, lo tenía lleno de mensajes y con infinidad de llamadas. He podido comprobar que la sociedad en España ha estado muy pendiente de todo lo que estaba pasando con mi hijo. Es de agradecer», afirmó el padre.
¿Cómo ha vivido estas últimas horas?
El lunes y el martes fueron jornadas muy positivas. Era el turno que el juez nos había reservado para que los familiares de Pablo pudiéramos testificar. Todo fue muy bien. Tuvimos la percepción de que el jurado se mostraba muy receptivo a las experiencias que fuimos desgranando sobre cómo es Pablo y el importante papel que desempeña en la vida de todos nosotros. Nos hicimos muchas ilusiones y pensábamos que algún miembro se mostraría contrario a la pena de muerte. No todos podían tener un corazón tan duro. Sin embargo, el último día, antes de que empezaran las deliberaciones, cuando la Fiscalía comenzó a exponer su informe, nos quedamos desolados. Fue tal la agresividad con la que se expresó, la brutalidad dialéctica que empleó, que nuestras ilusiones poco menos que se desvanecieron. Nos pusimos muy nerviosos y vimos que la cosa se podía torcer.
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