La UE busca maneras de volver a Kabul sin tener que reconocer a los talibanes

Las prisas de Borrell por regresar obedecen al temor de que la ausencia de diplomáticos occidentales deje el campo abierto a países como Rusia, China, Irán, Pakistán y Qatar

Josep Borrell detrás de la mesa al comienzo de la reunión informal de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE AFP / Vídeo: Bruselas aboga por mantener contacto con los talibanes - Atlas

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La Unión Europea intenta extraer lecciones de lo que ha sucedido en Afganistán. Los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores se han reunido sucesivamente este jueves y viernes al comienzo de la presidencia eslovena y han empezado a delimitar sus posiciones sobre el rumbo que puede seguir la UE para afrontar futuras crisis y para no caer en situaciones como la que se ha dado este verano en Kabul. No hay soluciones, porque las reuniones no se habían previsto para tomar decisiones legales, pero sí han comenzado la reflexión para que tal vez puedan tomarlas en los próximos meses los jefes de Estado o de Gobierno.

Para empezar, los países miembros han considerado la posibilidad de restablecer una presencia conjunta en Kabul para llevar a cabo operaciones humanitarias de evacuación, si las condiciones de seguridad lo permiten, pero eso no significa que vayan a reconocer al nuevo régimen impuesto por los talibanes, que siguen siendo considerados como un grupo terrorista por la mayor parte de los Gobiernos europeos. En cuanto al desarrollo de una Europa de la Defensa, que es un tema que forzosamente se ha vuelto a poner sobre la mesa, la única constatación es que el debate sigue estando muy verde y que ha sido precisamente la crisis de Kabul la que ha despejado todas las posibles dudas sobre el hecho de que sin el apoyo técnico y táctico de Estados Unidos, ningún país europeo está en condiciones de operar en una zona de conflicto, ni siquiera si se aceptase la idea de la presidencia eslovena de aumentar los efectivos de la fuerza europea de reacción rápida de los actuales 1.500 hombres a los 5.000.

Respecto a los primeros pasos que van a plantearse, la cuestión esencial es qué hacer con los barbudos extremistas que han tomado el poder en Kabul y han expulsado de mala manera a las últimas tropas occidentales. «Hemos decidido trabajar de manera coordinada para coordinar nuestro contacto con los talibanes, incluso a través de una presencia conjunta de la Unión Europea en Kabul si se cumplen las condiciones mínimas de seguridad», dijo el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell , después de la reunión informal de ministros de Exteriores.

Acercamientos «operativos»

Borrell ha sido desde el primer momento partidario de mantener cuanto antes acercamientos «operativos» con los talibanes , aunque la mayoría de los gobiernos son bastante más reticentes y en todo caso prefieren que esos primeros contactos los lleve a cabo la UE como tal, mientras evalúan el comportamiento de las nuevas autoridades de Kabul. Del reconocimiento oficial del gobierno talibán depende el desbloqueo de los fondos y transferencias desde el extranjero.

Según Borrell, « para apoyar a la población afgana, tendremos que involucrarnos con el nuevo gobierno en Afganistán, lo que no significa reconocimiento. Es un compromiso operativo».

Francia ya ha dicho que mantiene la doctrina de no reconocer a gobiernos sino a estados y su ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, ha declarado a la prensa que dado que «los talibanes tomaron el poder por la fuerza en Kabul, no es posible reconocer este poder de facto. Por lo demás, esperamos que respeten los compromisos marcados por la Unión Europea y el G-7» entre las que figuran «el levantamiento de los obstáculos para quienes quieren salir del país y el libre acceso a la ayuda humanitaria en territorio afgano, la ruptura total con cualquier organización terrorista, el respeto de los derechos fundamentales, especialmente el de las mujeres». Para Heiko Maas, el ministro de Exteriores alemán, «estas condiciones no son negociables» y por ahora «nadie tiene la ilusión de que todo esto se cumplirá plenamente en los próximos días» sino que será una «tarea a largo plazo».

Campo abierto para otros

Las prisas de Borrell por volver a Kabul obedecen al temor de que la ausencia de diplomáticos occidentales deje el campo abierto a países como Rusia, China, Irán, Pakistán y Catar , que mantienen abiertas sus embajadas y tienen relaciones fluidas con el nuevo poder. «Si queremos ayudar a los afganos, necesitamos personas en el país que puedan llevar esta ayuda a las personas necesitadas», dijo, aunque juzgará a las autoridades de facto «según el acceso que brinden».

Los ministros hablaron también de reforzar la coordinación con los vecinos de Afganistán , ya que busca evitar un flujo a gran escala de migrantes del país a Europa. Borrell dijo que la UE buscará establecer una «plataforma política regional» con los países vecinos de Afganistán para ayudar a estabilizar la situación, teniendo en cuenta que los titulares de Interior habían acordado esta misma semana que darían prioridad a la fórmula de que los refugiados sean acogidos en la zona antes de que lleguen a las fronteras europeas sin control. «Esta plataforma política considerará, entre otros temas, la gestión de los flujos de población de Afganistán, la prevención de la propagación del terrorismo, la lucha contra el crimen organizado, incluido el narcotráfico y el tráfico de personas», dijo Borrell.

El jueves, los ministros de Defensa habían discutido propuestas para aumentar el poder de la fuerza de reacción rápida que existe desde 2007, pero que no se ha utilizado nunca porque los Gobiernos no se ponen de acuerdo para hacerlo. Para reforzar la tesis de reforzarla, Borrell compareció de forma poco corriente con el general Claudio Graziano, actual jefe del Comité Militar de la UE , que es por ahora la máxima autoridad en este campo. «La situación en Afganistán, Oriente Próximo y el Sahel muestra que ahora es el momento de actuar, empezando por la puesta en marcha de la fuerza europea de reacción rápida, capaz de demostrar la voluntad de la Unión de actuar como socio estratégico global», dijo Graziano.

Hasta ahora, la cuestión esencial en las discusiones sobre la defensa europea estaban siempre dando vueltas sobre el hecho de que existe la OTAN y que prácticamente todos los países de la UE son a su vez miembros de la Alianza Atlántica. En Afganistán, la OTAN no ha dejado una buena imagen, pero tampoco tan mala como para cambiar esta percepción entre los países más partidarios. También se creía que la salida del Reino Unido de la UE despejaría este tipo de reticencias respecto a la creación de una defensa europea y sin embargo, sigue habiendo muchas dudas en no pocos países miembros.

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