Bruselas se resigna a afrontar una separación sin reglas
Se especula sobre la posibilidad de que el miércoles se pacten reglas de contingencia
Está visto que en la UE los plazos están para ser incumplidos. Después de que el Parlamento Europeo anunciase con toda solemnidad que de no haber acuerdo con el Reino Unido antes del pasado domingo los eurodiputados no podrían ratificar ningún tratado antes de la fecha fatídica del 1 de enero , cuando las dos orillas del canal de La Mancha se desconectarán en todos los sentidos, la conferencia de presidentes de los grupos políticos ha sugerido que si el miércoles los negociadores pactan alguna medida transitoria para seguir negociando el año que viene todavía podrían aprobarla en una sesión plenaria de emergencia. Lo que ya se da por seguro en Bruselas es que tal como están las cosas, el 31 de diciembre no habrá un acuerdo o no podrá entrar en vigor si lo hubiera, por lo que la única cuestión posible a estas alturas es si la UE y el Reino Unido serán capaces de acordar al menos ese paquete de medidas provisionales de contingencia que ha diseñado la Comisión Europea para que no haya desabastecimiento en el Reino Unido.
Una vez que se constató este domingo que las negociaciones seguían atascadas en el tema de la pesca, el presidente del Parlamento Europeo, el socialista italiano David Sassoli, envió un mensaje a la Comisión en el que reiteraba su posición. El Parlamento ya había dejado claro que si no disponían de un texto aprobado por las dos partes en todos sus términos antes de ayer lunes, no podrían tener tiempo para ratificarlo. Los eurodiputados se negarían a votar sobre algo que no hayan tenido tiempo siquiera de leer y el voto del Parlamento Europeo es necesario para la entrada en vigor de cualquier tratado internacional que firme la Unión. Y para que el Parlamento pueda votar, además, se lo ha de enviar antes el Consejo, es decir, que han de ser primero los países los que den su visto bueno, lo que añade otro plazo más para hacer prácticamente imposible el calendario.
La única puerta que Sassoli ha dejado abierta es la de intervenir en la ratificación de eventuales medidas transitorias que pudieran ser decididas antes del miércoles. Algunas voces, sobre todo en Londres, piden que los negociadores decidan «parar el reloj» que es una figura muy europea y que consiste en no darse por enterado que el tiempo se ha terminado y seguir negociando como si no pasara nada. El problema ahora es que aunque los negociadores optasen por esta medida, no sería fácil hacer lo mismo con el reloj que indica que el periodo transitorio que el gobierno de Boris Johnson pactó con la UE termina en la medianoche del 31 y a partir de ese momento ni la legislación europea se puede aplicar en el Reino Unido ni los ciudadanos, vehículos o mercancías británicas serán legales en territorio europeo.
Una posibilidad
La única posibilidad que queda abierta pasaría por la aprobación en el Reino Unido antes del 31 de la equivalencia a las medidas de contingencia que diseñó la Comisión y que el Parlamento Europeo ya ha aprobado. Estas medidas se habían pensado para mantener un mínimo de intercomunicación y suponen que se mantengan las actuales autorizaciones de vuelo o la vigencia de los seguros y los permisos de circulación de los vehículos de transporte de pasajeros y mercancías.
El hecho de que la aparición en Inglaterra de esa mutación del virus Covid-19 aparentemente hipercontagiosa haya provocado el cierre anticipado de las comunicaciones con el Reino Unido podría haber servido para que los dirigentes del Gobierno de Londres hubieran medido bien las posibles consecuencias de un no acuerdo, a la luz del bloqueo que se ha producido en sus aduanas. Por ahora, lo único que ha cambiado es que Johnson ha logrado hablar con Macron y pedirle que reabra el túnel para evitar el desabastecimiento. Hasta ahora el francés había remitido todas esas llamadas al negociador europeo Michel Barnier.
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