Los británicos que quieren parar el Brexit cueste lo que cueste desde el corazón de la UE
Los Liberal-Demócratas han pasado de contar con tan solo 1 eurodiputado a 16 en las pasadas europeas, convirtiéndose en la segunda delegación más importante de los liberales europeos. Su número dos en la Eurocámara, Luisa Porritt, cuenta a ABC su estrategia para detener el Brexit
![Bandera que representa a la UE y las banderas británicas durante un debate sobre la última cumbre de la UE y el Brexit en el Parlamento Europeo en Estrasburgo](https://s3.abcstatics.com/media/internacional/2019/10/30/parlamento-ue-k3VC--1248x698@abc.jpg)
Viñeta de la semana sobre el Brexit. Va un hombre caminando con un maletín y le comenta a otro señor que le acompaña: « Mi padre fue negociador del Brexit, como su padre antes que él ». Como el procés en Cataluña, la salida británica de la UE genera hastío en los británicos euroescépticos, en los que votaron por quedarse y en el resto de europeos que se preguntan cuándo se van a ir de una vez por todas. Hace unas semanas, el precipicio parecía inevitable: cuando Johnson insistía en no temer un Brexit sin acuerdo y que antes muerto en una zanja que pedir otra prórroga. Pero de nuevo las palabras se las lleva el viento y el divorcio se ha pospuesto una vez más, esta vez hasta el 31 de enero . Mientras, los cientos de funcionarios británicos de la UE así como sus europarlamentarios siguen trabajando con la incógnita de cuándo tendrán que hacer la mudanza.
La pasada semana la Eurocámara siguió desde cerca las votaciones de Westminster porque en caso de que los Comunes hubieran dado su visto bueno al acuerdo de Johnson, la pelota pasaba al tejado de los eurodiputados. Tras Alemania con 96 eurodiputados y Francia con 74, Reino Unido se encuentra en el tercer escalón junto a Italia en representación europarlamentaria con 73 escaños (España cuenta con 54). Como paradoja, las irrelevantes elecciones a la Eurocámara en Reino Unido -con participaciones en torno al 30% de los votantes- han terminado resultando decisivas para el giro euroescéptico del Partido Conservador. Siempre a las puertas de conseguir su escaño en la Cámara de los Comunes, el histriónico millonario Nigel Farage , portavoz de la causa brexitera varios lustros antes de la convocatoria del referéndum, ha ganado los dos últimos comicios con UKIP y luego el Partido Brexit, que se encuentra entre las delegaciones más numerosas del Parlamento Europeo. A los 28 eurodiputados euroescépticos les siguen los liberaldemócratas con 16, que como confirman desde el partido nunca votarán a favor de ningún tipo de Brexit «ya sea en Westminster o Estrasburgo», sino un segundo referéndum.
Pisándole los talones a los laboristas los liberal-demócratas pasan por un gran momento en Reino Unido. Lejos quedan los años de dura travesía por el desierto después de la alianza con los tories bajo el liderazgo de Nick Clegg. Como socio pequeño de ese Gobierno pagaron la factura de la austeridad y en las europeas 2014 solo consiguieron un diputado.
Por su parte, los Conservadores, primer partido en las encuestas británicas pero con solo 4 de 73 eurodiputados británicos, cuentan con una influencia residual ende Bruselas y Estrasburgo. Desde la llegada de David Cameron al frente de los Conservadores, los tories han ido progresivamente aislándose de las instituciones europeas desde que abandonó el europeísta Partido Popular Europeo (PPE), la familia europea más influyente de los últimos lustros, por el euroescepticismo light de los Conservadores y Reformistas. «La decisión de Cameron de dejar el PPE fue un error, especialmente para él como premier para renegociar los términos del Reino Unido como Estado miembro. Desde entonces, los tories han seguido la agenda que actualmente tiene el Partido Brexit», dice a este diario la eurodiputada liberal-demócrata Luisa Porritt desde su despacho, minutos después de consultar con el jefe de filas de la formación en Westminster, Alistair Carmichael , para conocer los pormenores de las votaciones de los Comunes.
![Luisa Porritt, número dos de los eurodiputados del Lib-Dem](https://s1.abcstatics.com/media/internacional/2019/10/30/unnamed-kFyC--510x349@abc.jpg)
Si el lema tory es « Get Brexit done » (hagamos realidad el Brexit), el de los lib-dems liderados por Jo Swinson es « Stop Brexit ». Pero, ¿cómo se detiene el Brexit desde el Parlamento Europeo? «Nuestro rol es importante en la ecuación pero a menudo subestimado. Lo que hemos podido hacer desde aquí es reunirnos con personalidades influyentes en la negociación. Nuestra delegación es la segunda de los liberales (tras La República en Marcha) por lo que tenemos línea directa con el presidente francés Emmanuel Macron y Nathalie Loiseau , portavoz parlamentaria para el Brexit. El contacto personal es importante porque es un mensaje que va a los líderes de los Estados miembros y gobiernos. También hemos tenido contactos indirectos pero influyentes como delegación con Ursula Von der Leyen », subraya la número dos de los eurodiputados liberales.
Segundo referéndum
De 31 años y natural de Londres, Porritt trabajaba como periodista freelance sobre Finanzas cuando el 52% de los votantes británicos apoyó la opción de salir de la Unión Europea, de la que pensaba que podía democratizarse más pero desde dentro, no como sostienen los brexiters. «Me metí en el Lib-Dem la semana después de la campaña del referéndum porque estaba tan devastada por los efectos de Brexit en mi país, cuando salió el resultado mucha gente se preguntó qué podría haber hecho más. Nuestra campaña empezó después del referéndum desgraciadamente», reconoce Porritt, que también fue elegida como concejal de Camden.
Los brexiteros con Farage a la cabeza llegaron a la primera sesión plenaria en Estrasburgo criticando los trenes franceses, el supuesto derroche de las instituciones europeas y culminaron su actuación dando la espalda al resto del pleno de la cámara. Desde el Brexit Party en el Parlamento Europeo sostienen que el mayor antagonismo hacia ellos viene de los eurodiputados británicos, lo que refleja la división en las políticas de Reino Unido en este momento.
«Es complicado evitar a los eurodiputados del Brexit Party. Constantemente los encuentras en los pasillos aquí en Estrasburgo y en los trenes porque viajamos al mismo tiempo"
«Es complicado evitarlos. Constantemente los encuentras en los pasillos aquí en Estrasburgo y en los trenes porque viajamos al mismo tiempo. Algunos son más educados que otros, aunque no me ponga de acuerdo con ellos en temas fundamentales de la UE», considera Porritt, número dos de los liberales británicos en la Eurocámara. «Es interesante ver cómo su comportamiento ha evolucionado desde la primera sesión. Empezaron dando la espalda al pleno del Parlamento, lo que es ofensivo no solo para el resto de grupos sino también para sus votantes. Al final, cobran para hacer su trabajo. El día después de aquello se levantaron de la principal votación en la mañana y no acudieron en el resto de la jornada. Se han levantado más veces. Ahora se les ve más por el Parlamento que al principio pero para causar alboroto con participaciones diseñadas para terminar en las redes sociales mediante vídeos cortos para Twitter. Intervienen en debates irrelevantes para el Brexit y mucha gente se está hartando de su comportamiento», añade.
Más sintonía tiene Porritt con los verdes, nacionalistas escoceses y laboristas en la Eurocámara. «Los eurodiputados laboristas son muy proeuropeos aquí pero los diputados británicos en Reino Unido están más divididos sobre el tema del Brexit y es muy difícil que tengan un mensaje claro de “Stop Brexit”», señala.
Los Liberal Demócratas y los nacionalistas escoceses del SNP pidieron a la UE que concediera una prórroga del Brexit hasta el 31 de enero para facilitar las elecciones del próximo 12 de diciembre y quizá otro referéndum. La media de encuestas concede más de diez puntos de ventaja a los tories con respecto a sus competidores laboristas seguidos de los liberal demócratas. La estrategia de «Brexit o muerte» de Boris Johnson buscaba fagocitar el voto brexiter que se había marchado a la formación de Farage en las europeas y al mismo tiempo aprovecharse de la aparente división del voto de los partidarios de seguir en la UE. En las legislativas, el candidato que consigue el mayor número de votos es designado el representante del distrito electoral. «¿Dividir el voto remainer? Diría lo contrario. Estamos consolidando el voto de los proeuropeos, lo vimos en las elecciones, en las locales tuvimos el mejor resultado antes de las europeas». De momento asegura que no se han coordinado con laboristas para impulsar al candidato remainer con más opciones frente a los Conservadores de Johnson, sí lo está haciendo con otras formaciones como los Verdes y los galeses de Plaid Cymru.
Antes del referéndum en 2016, «las banderas de la Unión Europea eran tan raras como las águilas reales en Gran Bretaña», según recoge el último número de «The Economist», pero ironías del destino, el 19 de octubre, «un ejército de un millón de partidarios de un segundo referéndum marchó sobre Westminster bajo un mar de estandartes dorados y azules». A juicio de Porritt, «si eres “remainer” y eres un fuerte proeuropeo, tienes que defenderlo de forma apasionada. Nuestro mensaje es que la única manera terminar con este hartazgo es parando el Brexit». A la pregunta de si los referendos siguen siendo una buena idea para resolver problemas complejos, una encuesta reciente en Reino Unido apuntaba que una mayoría de británicos cree que la votación del Brexit en 2016 fue un error, Porritt sostiene que no «son una buen manera de resolver los principales cruciales del futuro, pero podría haber más democracia participativa, otras maneras de involucrar a los ciudadanos en grandes debates a nivel local».
En agosto, el Gobierno tory decidió retirar a sus diplomáticos de las reuniones de la Unión Europea en Bruselas en una advertencia de Brexit sin acuerdo a Bruselas cuando se cierre el plazo de salida. « Good bye, Europe !», titulaba entonces el tabloide derechista y euroescéptico «Daily Express». Y aunque Londres tampoco ha presentado, de momento, a ningún comisario para la próxima Comisión Europea, la presidenta electa Ursula von der Leyen avisó la pasada semana que el Reino Unido tendrá que proponer a un candidato o candidata si la salida se posponía más allá de este 31 de octubre.
En su discurso de despedida ante la Eurocámara, el presidente saliente de la Comisión, Jean-Claude Juncker , aseguró que el Brexit había supuesto una pérdida de dinero y tiempo. Los halcones en la negociación, como el liberal Macron, desean que el Brexit se consuma de una vez por todas para avanzar en otros temas de la agenda europea. Ese hartazgo, mencionado por el propio Johnson, podría jugar en contra de los partidarios de extender aún más la espera para propiciar un segundo referéndum.
«Puedo entender la frustración, todos la sentimos. En el Reino Unido pensamos que hemos gastado demasiada energía y tiempo en el Brexit en el Parlamento y no en el problema de la vivienda, la economia, el sistema electoral… Para nosotros es una vergüenza perder todos los beneficios de formar parte de la UE», concluye Porritt.
Si despedirse a la francesa consiste en escabullirse de una fiesta sin decirle nada a los anfitriones, la salida a la británica quedará como aquellos que critican continuamente al anfitrión pero que no terminan de consumar su amenaza de irse. Ya hasta han creado un nuevo palabro: brexitear .
Noticias relacionadas