El Brexit dejará a Reino Unido atrapado en la Unión Aduanera
Londres no podrá abandonarla con el acuerdo alcanzado por Theresa May
Ni ante las presiones de la oposición, que amenaza con acusar a la primera ministra, Theresa May, de desacato, el Gobierno británico ha permitido mostrar completo el informe legal sobre el Brexit preparado por el fiscal general de Reino Unido, Geoffrey Cox.
El Ejecutivo sí publicó un resumen donde se describen los «efectos generales» del acuerdo, pero sin entrar en detalles. El principal problema para May es que, según este análisis jurídico, Reino Unido, con el acuerdo alcanzado, podría quedar atrapada de «un modo indefinido» en la Unión Aduanera , y sin posibilidad de abandonarla unilateralmente, al activarse la «salvaguarda» que las partes han firmado para evitar la frontera dura con Irlanda. La única posibilidad de salir de esa «salvaguarda» sería pactar la futura relación comercial, algo que se podría demorar, según Cox, más de lo que cree el Gobierno.
El mismo Cox, que aseguraba que no es necesario que el Parlamento vea el informe legal completo, lo confirmó ante la Cámara de los Comunes: « No hay derecho unilateral de ninguna de las partes a poner fin a esta salvaguarda ». Mientras tanto, los más euroescépticos intentaron cortar su intervención con gritos de «es una trampa». Sin embargo, en el documento, enviado a finales de noviembre, el fiscal general habría sido muy claro sobre ese tema, causante indirecto de la dimisión de los dos ministros que dejaron el Gobierno el mes pasado.
Ante el estupor de los euroescépticos, Cox también explicó que en Reino Unido se seguirán aplicando varias «leyes europeas» , aunque solo «en algunos aspectos» y con un alance limitado. Más leña al fuego para aquellos que ya han dicho públicamente que rechazarán el acuerdo la semana que viene.
Necesidad incómoda
Oliver Robbins, el encargado de negociar el Brexit del Gobierno británico, y persona de total confianza de Theresa May, admitió ayer que esa «salvaguarda» es una «necesidad un poco incómoda» tanto para Reino Unido como para la UE, pero que «no pretende ser una situación en la que ambas partes quieran permanecer».
El problema que podría afrontar el Gobierno, si no muestra el texto completo, es una acusación de «desacato parlamentario» por parte de toda la bancada de la oposición que pondría en serios apuros a May.
La Cámara de los Comunes aprobó hace semanas que este informe legal saliera a la luz, y, ahora, la primera ministra no tiene previsto hacerlo público. May teme que dañe su estrategia de convencer a los contrarios a su acuerdo en la votación final que tendrá lugar el próximo día 11 de diciembre, y que parece abocada a un sonoro fracaso que puede dejar a la «premier» fuera de Downing Street .
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