Boris Johnson: «Los médicos contemplaron que me podía morir»
En su primera entrevista tras salir del hospital, el «premier» británico relata sus angustias
La prometida de Boris Johnson , Carrie Symonds, publicó ayer en su cuenta de Instagram una foto cargando a su hijo recién nacido, que ella y el primer ministro han llamado Wilfred Lawrie Nicholas. Los dos primeros nombres son los de sus abuelos paterno y materno, respectivamente, mientras que Nicholas es en honor a los médicos Nicholas Price y Nicholas Hart, que «le salvaron la vida a Boris el mes pasado», en palabras de Symonds. Lo de salvar la vida fue literal, según explicó Johnson en una entrevista publicada ayer en The Sun on Sunday, en la que revela que los médicos se prepararon para anunciar su muerte mientras luchaba contra el coronavirus en el hospital St. Thomas de Londres, donde estuvo ingresado siete días, tres de ellos en cuidados intensivos.
«Fue un momento difícil, no lo negaré·, confesó el primer ministro, que explicó que «los médicos tenían todo tipo de preparativos sobre qué hacer si las cosas salían muy mal». Según el premier, sabía que había planes de contingencia en marcha en caso de que pasara lo peor.
«¿Cómo voy a salir de esto?», era la pregunta que se hacía constantemente mientras se debatía entre la vida y la muerte en el hospital, no solo porque dejó a la nación -una de las más afectadas por el coronavirus, con 28.446 personas fallecidas hasta este momento- sin su liderazgo, sino porque su prometida estaba también enferma de Covid-19 y embarazada. «Era difícil de creer que en solo unos días mi salud se hubiera deteriorado hasta ese punto. Recuerdo que me sentí frustrado. No podía entender por qué no estaba mejorando», afirmó, y agregó que «llegó el momento en que las posibilidades de que me pusieran un ventilador eran 50-50».
El premier, de 55 años, reconoció que ignoraba la gravedad del virus cuando dio positivo en el test a finales de marzo, y que incluso no quería ir al hospital cuando sus médicos le dijeron que era necesario. Una vez ingresado, necesitó «litros y litros de oxígeno» durante mucho tiempo. «Me di cuenta de que la situación se estaba poniendo seria cuando me trasladaron a cuidados intensivos». Una vez allí, fue consciente «por primera vez» en su vida de que se estaba enfrentando «a su propia muerte». «Después de tres noches, gracias al trabajo milagroso del equipo médico, regresé a planta sin necesidad de ventilación. Me sentí muy afortunado porque muchas personas han sufrido mucho más que yo», declaró.
Es probable que tanto la experiencia sufrida en carne propia con el coronavirus como el nacimiento de su hijo, que llegó por sorpresa solo dos días después de haberse incorporado al trabajo, provoquen cambios en su gestión de la crisis. «Si me preguntas, ¿estoy motivado por el deseo de detener el sufrimiento de otras personas? Sí, lo estoy absolutamente. Estoy impulsado por un deseo abrumador de recuperar a nuestro país en su conjunto, sano nuevamente».