Boris Johnson despierta viejos demonios en el Ulster
Los nacionalistas católicos advierten al nuevo «premier» británico que un Brexit duro hará «inevitable» un referéndum de reunificación de la isla
Después de Escocia, a Boris Johnson le ha estallado también la estabilidad en Irlanda del Norte, provincia británica que visitó ayer y donde los nacionalistas republicanos le dijeron claramente que sería «impensable» que -si conduce al país hacia un Brexit sin acuerdo- la situación no fuera seguida de un referéndum sobre la reunificación irlandesa.
La actual líder del Sinn Féin , el partido heredero de los terroristas del IRA, dijo que se lo habían advertido al nuevo primer ministro británico y que «no podrá decir que no se lo hemos dicho». A juicio de McDonald, la salida del Reino Unido de la UE y particularmente una desconexión sin acuerdo «representa en cualquier idioma que se quiera un cambio dramático de la realidad en esta isla, y sería impensable en esas circunstancias que la gente no tuviera la oportunidad de decidir sobre nuestro futuro juntos».
Este pequeño territorio situado al norte de la isla de Irlanda sería en caso de Brexit la única frontera terrestre de la UE con el Reino Unido y -para evitar una barrera física y proteger el mercado único- los negociadores europeos y británicos diseñaron en su día la «salvaguarda» que prevé que si no se encuentra una fórmula para las futuras relaciones comerciales entre la UE y el Reino Unido, este territorio mantendría un «alineamiento reglamentario» con el mercado único, lo que en tal caso supondría que no estaría dentro de las reglas británicas.
La reaparición de esa frontera en la isla sería percibida como una vuelta a los peores tiempos de la guerra civil entre los católicos republicanos, partidarios de la unión del Ulster con Irlanda, y los protestantes unionistas, que defendían la pertenencia al Reino Unido. Dentro de la Unión Europea el problema había quedado disuelto para todos, con una situación que permitía la convivencia entre unos y otros, después de los acuerdos de Viernes Santo de 1998. La UE tenía incluso un presupuesto específico para este territorio, en el que Dublin había logrado cierto papel institucional.
Contradictorio
Johnson insiste en dos cosas contradictorias: que no será él quien levante de nuevo esa frontera y que de todos modos llevará a cabo el Brexit hasta sus últimas consecuencias. No es de extrañar que por ahora sus palabras no tengan mucha credibilidad. Nichola Mallon dirigente del Partido Socialdemócrata norirlandés (SDLP nacionalista moderado) explicó al salir de su reunión con el primer ministro que Johnson solo dijo «fanfarronadas y bravatas sobre el Brexit».
El nuevo primer ministro británico se vio en Belfast con los partidos norirlandeses, uno de los cuales el unionista DUP es clave en su mayoría parlamentaria, para pedirles que «intensifiquen sus contactos para conseguir restaurar las instituciones de gobierno tan pronto como sea posible», ya que hace tres años que no han logrado hacerlo. También les dijo que sería «neutral» respecto a sus acuerdos internos, pero no por lo que respecta a la unidad del país.
«Huracán Boris»
Por su parte, el primer ministro de la República de Irlanda, Leo Varadkar, dijo en una entrevista publicada ayer que su país, el más vulnerable por este choque provocado por el Brexit sin acuerdo, «no va a ser intimidado y, como Gobierno y como país, vamos a ceñirnos a nuestra posición porque el Brexit no fue una idea nuestra y no podemos permitir que una decisión por parte de Reino Unido de abandonar la Unión Europea socave todo lo que se ha logrado durante los últimos 20 años». Por ello advierte que «vamos a tener que permanecer firmes en algo en lo que creo que contamos con mucho apoyo, un apoyo total de hecho, del resto de países europeos»
Por ahora, Johnson se ha encontrad con graves problemas para llevar a cabo sus planes en todas las regiones del Reino Unido que ha visitado. En Escocia también le han advertido que pedirán un nuevo referéndum de independencia, en Gales le han advertido que para este territorio el Brexit será una catástrofe y ahora en Irlanda del Norte le dicen que puede provocar un movimiento que lleve a su unificación con la República de Irlanda.
Para colmo, el líder del Partido del Brexit y principal activista en favor de la ruptura con la UE, el eurodiputado Nigel Farage, le advertía ayer en un artículo de prensa que si se le ocurre incumplir su promesa de abandonar la UE sin acuerdo el 31 de octubre, se puede llevar la gran sorpresa de que el Partido Conservador acabe siendo «pulverizado» en las urnas.
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