Bolsonaro, sin curarse de la Covid-19, saluda a sus seguidores desde los jardines de su residencia

El presidente de Brasil salió a saludar a centenares de personas que estaban en una vigilia convocada por líderes evangélicos para pedir por la salud del mandatario

Bolsonaro saluda a sus seguidores desde los jardínes del Palacio de Alvorada Reuters

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El presidente brasileño Jair Bolsonaro sigue desoyendo las recomendaciones médicas y dando mal ejemplo en un momento delicado. Infectado por el coronavirus hace casi dos semanas, y bajo recomendación de aislamiento, Bolsonaro salió el domingo al encuentro de sus simpatizantes , provocando una aglomeración de cientos de personas frente al Palacio de Alvorada, la residencia oficial, en la que debería estar confinado.

Al aire libre y frente a la multitud, de lo que lo separaba apenas el espejo de agua del palacio, Bolsonaro sorprendió a todos cuando sacó de su bolsillo una caja de hidroxicloroquina y la levantó con las dos manos como si fuera un trofeo , mientras sus seguidores lo aplaudían y gritaban «¡Cloroquina! ¡Cloroquina!». El remedio, recomendado por Bolsonaro como un milagro contra el coronavirus, no está recomendado por científicos ni por las principales entidades médicas brasileñas e internacionales.

La cloroquina e hidroxicloroquina , usadas para otros fines, tienen efectos colaterales, por lo que el presidente viene siendo cuestionado constantemente en los medios y entre especialistas.

La extraña escena del domingo llevó a nuevas críticas e incluso a chistes que compararon la actitud de Bolsonaro de ensalzar un remedio frente a sus fieles, con la película «El Rey León», de los estudios Disney. «Viví para ver una caja de medicamentos ser tratada como Simba del Rey León », comparó un joven en su cuenta Twitter, en un mensaje que se hizo viral.

Cifras trágicas

La realidad, sin embargo, no tiene ninguna gracia. Brasil se acerca a las 80.000 muertes por el nuevo coronavirus, un número muy distante de la previsión del propio presidente, que hace cuatro meses apostaba que la pandemia era una «gripecita» y que Brasil tendría menos de 800 muertes.

Pero Brasil ya es el segundo país del mundo con más muertes por coronavirus, después de Estados Unidos, y con más de 2 millones de personas infectadas. En los últimos días vienen muriendo en Brasil más de mil personas diarias, lo que ya supera la previsión de un total de 800 muertos hecha por el presidente.

Ese número también fue superado en 19 de los 26 estados brasileños , e incluso en la capital federal, Brasilia, donde Bolsonaro vive con su familia. Apenas siete estados están por debajo de ese número: Acre (460), Amapá (507), Mato Grosso do Sul (222), Rondonia (686), Roraima (429), Santa Catarina (685) y Tocantins (294).

En la capital, Brasilia, sede del Palacio presidencial, los casos están volviendo a aumentar, después de una corta meseta de estabilidad . «Brasilienses ignoran mascarillas, tasa de aislamiento cae y las muertes suben», destaca la portada del principal diario de la capital, Correio Braziliense, este lunes, advirtiendo nueva subida de la curva del Covid-19.

Con una tasa de aislamiento cada vez menor, del 35,7%, que ya fue del 62,2% en marzo, los especialistas están preocupados con la posibilidad de nuevas restricciones y de un confinamiento en la capital , por lo que las manifestaciones estimuladas por Bolsonaro son un peligro en la ciudad. Los datos de aislamiento del diario se basan en informaciones recolectadas a partir de localizadores de teléfonos móviles.

Con cerca de mil muertos, Brasilia retoma no obstante las actividades comerciales y las manifestaciones políticas, mientras las camas de los centros de cuidados intensivos, vuelven a escasear. La ocupación de internados graves ya está llegando al 90% nuevamente, lo que se considera muy peligroso.

Sin profesionales

«La reapertura está ocurriendo en un momento en que las camas de cuidados intensivos están por encima del 90% de ocupación. Tenemos, por lo tanto, un sistema colapsado», advierte Rubens Bias, consejero de Sanidad del Gobierno de Brasilia, que prevé que en dos semanas haya un gran aumento de personas infectadas que necesitarán ser internadas en la capital.

Según un boletín de la Universidad de Brasilia (UnB), en la capital brasileña ha habido baja inversión y no se ha fortalecido la atención primaria. «Ese escenario hace con que las cadenas de transmisión no sean adecuadamente identificadas, monitoreadas e interrumpidas, para reducir las tasas de transmisión», dice el estudio.

Al lado de su homólogo norteamericano, Donald Trump, Bolsonaro es uno de los pocos líderes negacionistas del mundo. «Tuvimos mala suerte, pero saldremos de esto», arengó Bolsonaro frente a sus correligionarios, el domingo, concluyendo: «Tenemos un excelente equipo de ministros, comenzando por el de Sanidad».

Brasil, sin embargo, lleva más de dos meses con un ministro de Sanidad interino, Eduardo Pazuello, un general rodeado de militares que no proceden del área médica. Bolsonaro está siendo presionado por especialistas y por la oposición para que nombre a un médico para afrontar la peor crisis sanitaria de la historia.

El ministro de la Corte Suprema, Gilmar Mendes, uno de los más antiguos en el Poder Judicial, llegó a acusar al Ejército, representado en el ministerio por Pazuello, de estar « asociándose a un genocidio » al tratar tan mal de un asunto tan grave.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación