Bolsonaro critica a su ministro de Sanidad por apoyar las cuarentenas
El presidente de Brasil insiste en que salgan a trabajar los que están bien y no están en grupos de riesgo
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro , parece cada vez más aislado y desconectado de la opinión pública. Blanco de una cacerolada diaria en las principales ciudades brasileñas, Bolsonaro arremetió contra su ministro más popular en medio de la crisis pandémica, el responsable de Sanidad, Luiz Henrique Mandetta , de quien dijo: «le falta un poco de humildad».
Estimulando a la población a salir a trabajar, contra los argumentos de organismos internacionales, de la clase política y de su propio ministro de Sanidad, Bolsonaro viene perdiendo popularidad en un momento en que el Covid-19 ya mató más de 300 personas e infectó a 8.000 brasileños, números que podrían ser mayores si gobernadores de casi todo el país no hubieran decretado la cuarentena hace casi dos semanas.
«Creo que Mandetta en algunos momentos tendría que escuchar un poco más al presidente de la República», reclamó Bolsonaro sobre el médico que dirige su ministerio de Sanidad. «Quiere hacer valer mucho su voluntad» y «le está faltando un poco más de humildad para conducir a Brasil en este momento de crisis», criticó el presidente, que se aleja cada vez más incluso de la gente de su círculo.
Mandetta, que tiene el apoyo de los principales ministros del Gobierno Bolsonaro, el de Justicia, Sergio Moro, y el de Economía, Paulo Guedes, tiene también el respaldo de 25 de los 27 gobernadores brasileños , de la oposición y se ha ganado la confianza de la población, por las acciones que ha emprendido contra la voluntad del presidente, que le ha restado importancia a la pandemia desde su inicio.
«No pretendo despedirlo en el medio de la guerra» y «espero que entienda el mensaje, ya que está en el medio del combate», declaró el presidente, añadiendo que ningún miembro de su gabinete es intocable. "Lavoro, lavoro, lavoro», respondió en italiano Mandetta, sobre los comentarios del presidente, indicando que no detendrá su trabajo por las críticas.
Bolsonaro, que la semana pasada inició la campaña «Brasil no puede parar», prohibida por un tribunal , defiende que las personas que están bien y no están en grupos de riesgo, salgan a las calles y a trabajar por el bien de la economía. El mandatario ha atacado a los gobernadores y alcaldes que impusieron cuarentenas y los ha responsabilizado por el impacto de esa decisión en la economía.
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