Max Blumenthal, un agitador de las protestas en EE.UU. con excelentes relaciones con Maduro
El norteamericano, que vestía una camiseta con los ojos de Chávez en un manifestación en Washington, fue arrestado en 2019
Uno de los agitadores de las protestas contra el racismo en Washington es un viejo conocido tanto de la policía de la capital como de Nicolás Maduro . Se trata de Max Blumenthal , un activista estadounidense cuya foto fue ampliamente compartida en redes sociales la semana pasada porque participó en una de las marchas con una camiseta con los ojos de Chávez.
No es que sea ninguna novedad que Blumenthal, fundador de un cáustico portal de opinión llamado «The Grayzone», apoye al chavismo.
En octubre de 2019 fue detenido por agentes de la policía del Distrito de Columbia acusado de haber agredido a una mujer cinco meses antes, durante la toma de la embajada de Venezuela en Washington. Blumenthal protestaba frecuentemente ante la misión diplomática, que había sido tomada por defensores del chavismo que bloquearon el acceso a los nuevos diplomáticos, todos ellos opositores al régimen chavista y recientemente reconocidos por las autoridades estadounidenses. La denunciante de la agresión era una opositora venezolana.
Este diario presenció altercados verbales de Blumenthal y varios colaboradores de su portal de opinión con opositores venezolanos y hasta con el embajador nombrado por Juan Guaidó en Washington, el opositor al chavismo Carlos Vecchio, al que llamó a gritos «fascista» , persiguiéndolo por la calle.
Amazing scene at the Venezuelan embassy as fake ambassador @carlosvecchio was unable to finish his own speech and overwhelmed by anti-coup protesters and embassy protectors. Vecchio fled with secret service. pic.twitter.com/xDxbrakXc2
— Max Blumenthal (@MaxBlumenthal) May 1, 2019
Los cargos contra Blumenthal fueron desestimados después, pero han ido emergiendo estos meses sus buenas relaciones con Maduro.
En agosto, por ejemplo, Blumenthal se sentó a conversar con el presidente del régimen para una entrevista. Blumenthal ha sido invitado a Caracas en varias ocasiones , y suele ser entrevistado por el canal estatal Telesur habitualmente.
Hey bro I found Maduro. He’s in Caracas running the country while you’re holed up in a USAID boiler room. pic.twitter.com/RcVuZjyRCw
— Max Blumenthal (@MaxBlumenthal) May 10, 2020
En febrero de 2019 dijo en un programa de esa cadena que es mentira que en Venezuela haya una crisis humanitaria y que Washington puede llegar a ser tan peligrosa como Caracas «pero nadie habla de intervenir allí por esa inseguridad», todas afirmaciones dudosas.
El año pasado también se publicó en redes sociales un vídeo de Blumenthal en Nicaragua, tras verse con el dictador Daniel Ortega , bailando al son de la canción oficialista «El Comandante se queda», composición que surgió durante la crisis política en abril del año pasado, que le costó la vida a más de 328 personas, en su mayoría nicaragüenses.
Max Blumenthal and the Grayzone mirthmakers shuffle about to Nicaraguan dictator Daniel Ortega’s theme song in managua prior to July 19 anniversary of the revolution. 325 people were killed, 2,000 injured, 800 jailed, 50,000 exiled in regime’s crackdown over 15 months. Party! pic.twitter.com/X7IMPwptt9
— Tin Royer (@nicadispatch) July 19, 2019
En el pasado, las posiciones políticas de Blumenthal han sido muy polémicas. Ex empleado del canal estatal ruso RT, en 2015 estuvo en una cena en Moscú organizada por esa cadena en la que participó el propio Vladímir Putin. Allí estaba también el general norteamericano Michael Flynn, que fue un fugaz consejero de Seguridad Nacional antes de dimitir por haber mentido sobre contactos supuestamente ilícitos con el embajador ruso en EE.UU. Flynn cobró 40.000 dólares por acudir a esa cena.
That was Flynn’s speaking fee. I didn’t need a fee because I generally like RT and was happy to go. I have nothing to run from, unlike you. https://t.co/mhPFasMFvN
— Max Blumenthal (@MaxBlumenthal) October 24, 2017
El año pasado fue de gran actividad para Blumenthal, quien también es conocido por su oposición a Israel. En septiembre apareció en Damasco, tras recibir el permiso de entrada de régimen , algo harto difícil, y calificó el conflicto que comenzó en 2011 con unas protestas a favor de la democracia como «una nueva guerra satélite fomentada por intereses extranjeros».
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