Biden no quiere preguntas: bate récords sin ruedas de prensa
A punto de cumplir dos meses en la Casa Blanca, todavía no ha convocado a los medios

A Vince A Calvin Coolidge (1872-1933), 30º presidente de EE.UU, se le conocía como ‘Cal el silencioso’ por taciturno. De él se decía que en las fiestas y recepciones oficiales era capaz de «estar callado en cinco idiomas». Quien ostenta hoy ... su cargo, Joe Biden, tiene fama de la contrario. Como legislador, fue más deslenguado que sobrio y, en campaña, gustaba de charlar con votantes tras la conclusión de sus actos. Otra cosa es someterse a las preguntas de la prensa y a su repercusión.
El American Presidency Project de la Universidad de California maneja una base de datos sobre las interacciones de los presidentes con la prensa desde hace cien años. Desde, precisamente, los tiempos de Coolidge. Resulta que Cal el silencioso ha sido el presidente más locuaz con los medios: dio una media de seis ruedas de prensa al mes. Biden, sin embargo, va camino de ser el más huidizo.
De momento, ya ha batido el récord como presidente más tardón a la hora de conceder una conferencia de prensa. Está a punto de cumplir dos meses en el cargo y todavía no lo ha hecho. Su antecesor, Donald Trump , debutó como presidente ante las preguntas de los periodistas a los 27 días de llegar a la Casa Blanca. Antes que él, Barack Obama esperó 20 días. Y George W. Bush , hasta ahora el más renuente de los presidentes estadounidenses del último siglo, tardó 33 días.
La espantada de Biden con la prensa no es nueva. Como candidato a la presidencia, apenas tuvo interacción con los periodistas. Entonces se refugió en la pandemia de Covid-19, por la que permaneció confinado en su mansión de Delaware buena parte de la campaña. Eso le permitió controlar su mensaje y beneficiarse del desgaste de Trump , al que le estalló una crisis sanitaria y económica en la que, por otro lado, tampoco mostró liderazgo.
Biden es dado al traspiés verbal y las condiciones específicas de la pandemia le permitieron mantenerse lejos de las preguntas de la prensa. La estrategia del riesgo mínimo funcionó y contribuyó a su victoria electoral. Como ganador de las presidenciales, mantuvo la misma línea: tardó una eternidad, más de un mes, en dar su primera rueda de prensa como presidente electo.
Ahora, ya en la Casa Blanca, no ha dejado dudas de que va por el mismo camino. En la «restauración del alma de América» como Biden bautizó su candidatura para derrocar a Trump, no tiene entre sus prioridades un ejercicio de transparencia y de vigor democrático como el sometimiento del presidente a las preguntas de la prensa.
Las excusas
No es que Biden no hay tenido ninguna interacción con los medios. Ha dado un par de entrevistas -una de ellas a la revista ‘People’-, ha participado en un encuentro con votantes de la CNN y, de vez en cuando, responde a alguna de las preguntas que le gritan los reporteros en sus comparecencias públicas. Pero nada del formato de una rueda de prensa, con preguntas libres, con posibilidad de repreguntar.
La Casa Blanca lo ha justificado en que Biden dedica toda su «energía y foco» a la urgencia de la pandemia y ha mostrado su compromiso con la prensa con la recuperación de las comparecencias diarias de la portavoz, Jen Psaki , que desaparecieron en la Administración Trump. Mientras tanto, Biden se ha embarcado en una gira por varios estados -ayer la arrancó en Pensilvania- en la que busca ‘vender’ a EE.UU. el éxito de su programa de rescate, aprobado la semana pasada en el Congreso. Cada día dará un discurso dedicado a un tema diferente dentro de su estrategia para salir de la crisis económica y financiera.
Eso, claro, no es suficiente. En las últimos semanas, ha habido un clamor entre los medios para que Biden ceda y responda preguntas. Desde medios que le apoyaron en las elecciones, como ‘The Washington Post’, hasta los que eran más cercanos a Trump, como los presentadores de noche de Fox News , que ahora utilizan la ausencia de Biden en la sala de prensa para cimentar la idea difundida en campaña de que sería un presidente títere e incapaz.
Por fin, hace unos días, la Casa Blanca anunció que Biden daría una rueda de prensa antes de que acabe este mes. De momento, no hay fecha fijada. Y, aunque se concrete, su tardanza anticipa una presidencia escurridiza con los medios. Quizá Biden aprendió la lección de un predecesor, también el presidente más mayor, en su momento, en llegar a la presidencia: Ronald Reagan. Es el presidente que menos se vio con la prensa: 46 ruedas en ocho años. Y su apodo fue ‘el Gran Comunicador’.
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