Biden no contenta a nadie con su cumbre de grandes democracias

EE.UU. invita al evento que empieza este jueves a Pakistán y Filipinas pero no a Hungría, lo que provoca tensión

Joe Biden, en la Casa Blanca antes de partir hacia Misuri Afp
David Alandete

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Como Joe Biden ha podido comprobar, tiene sus riesgos prometer una gran cumbre para reunir a las democracias del mundo , porque a la hora de convocarla no todos tienen el mismo concepto de lo que en realidad es democracia.

Tras meses de preparativos, esa gran cumbre tiene lugar hoy miércoles y mañana jueves, y además de la lista de invitados, llaman la atención la falta de comparecencias de aliados relevantes de Estados Unidos y la renuncia a tratar asuntos concretos como el expansionismo chino y ruso o el riesgo del autoritarismo en Iberoamérica.

El presidente Biden abre y cierra el encuentro, que es virtual por la pandemia, y participará en un plenario del centenar de líderes invitados. Con derecho a dirigirse a los asistentes ha invitado a unos pocos. Entre ellos está Juan Guaidó, al que se da la palabra en calidad de «presidente interino de Venezuela» . En las diferentes charlas participan los jefes de Gobierno de Letonia, Dinamarca, Zambia, Lituania, República Dominicana, Malaui, Suecia, Botsuana, Eslovaquia, Moldavia, Gana y Nueva Zelanda. Hablarán también el secretario general de la ONU, António Guterres, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Las ausencias -de Rusia, China, Egipto, Turquía, Venezuela, Cuba, El Salvador, entre otros- las compensa la Casa Blanca con activistas que hablarán de cómo combatir los derechos contra los abusos humanos en esos países. Por ejemplo, tendrá un papel destacado Nathan Law, un político y activista de Hong Kong, opuesto a la toma de control total del régimen chino de ese territorio antes autónomo.

Protesta de Hungría

Los no invitados han tomado su propia ruta de protesta. Hay quien no ha hecho grandes aspavientos, como los saudíes o egipcios. Otros, como Viktor Orbán en Hungría, han protestado enérgicamente al destacar las contradicciones de sí tener a otros en la mesa como Pakistán o Filipinas, que tienen en su haber una larga lista de abusos que, dependiendo de como se mire, podrían descalificarles automáticamente.

Y luego está China, que acaba de publicar por medio de su Consejo de Estado , máximo órgano del poder ejecutivo, un informe que se titular «China: democracia que funciona». «Es un modelo de democracia socialista que cubre todos los aspectos del proceso democrático y todos los sectores de la sociedad. Es una verdadera democracia que funciona», dice el informe.

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