Biden cede a las presiones y nombra a otro hispano como responsable de Salud
Xavier Becerra ya recibe críticas por su escaso perfil técnico en medio de la pandemia
La formación del gabinete de Joe Biden es una labor de malabarista. El presidente electo tiene en el aire muchas bolas -el establishment moderado al que pertenece, las corrientes izquierdistas, las minorías raciales, la representación de género y de identidades sexuales- y trata de que no se le caiga ninguna a la hora de elegir al que será su equipo cuando jure su cargo como presidente el próximo 20 de enero.
El último malabar lo ha hecho en la selección de los altos cargos en Salud, un ámbito de Gobierno con una importancia redoblada por estar en medio de la pandemia de Covid-19 . Biden ha decidido, contra pronóstico, poner a Xavier Becerra , hasta ahora fiscal general de California, al frente del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Hijo de inmigrantes mexicanos, será el primer hispano en el cargo.
Becerra no aparecía entre los favoritos para el cargo, que suele caer en manos de un gobernador y que, en medio de la lucha contra el virus, podría entregarse a una persona con mayor perfil técnico o con experiencia en gestión sanitaria. Becerra no es una cosa ni la otra. Es un político con mucho peso en el partido demócrata , después de haber sido diputado en la Cámara de Representantes durante 24 años y tras ser fiscal general del mayor estado del país.
Su elección se produce después de presiones de grupos hispanos hacia Biden y su equipo de transición por no dar mayor protagonismo a esta minoría, la que tiene más peso demográfico en EE.UU., en su futura Administración. Biden prometió confeccionar un Gabinete «que se parezca a EE.UU.», pero hasta ahora ha incluido a minorías en altos cargos de peso relativo. Los nombramientos de verdadero poder -Departamento de Estado, Departamento del Tesoro, jefe de Gabinete, asesor de seguridad nacional, director nacional de inteligencia, jefe de Prensa o asesor económico- ha ido a la mayoría blanca, con alguna excepción. Una de ellas es Neera Tanden, que estará al frente de la Oficina Presupuestaria y la otra será Becerra.
Su elección ocurre después de que la semana pasada un grupo de congresistas hispanos del partido demócrata tuviera un encuentro con el jefe de Gabinete de Biden -Ron Klain- y le expresaran su descontento por la escasa presencia de hispanos en el Gobierno. En cada elección, los demócratas apelan al voto hispano y lo dan como suyo -este año, ha sido determinante en su victoria en Arizona, pero también en su derrota en Florida- y, después, se olvidan de él. Los diputados reiteraron «la importancia de la representación de los hispanos en la próxima Administración Biden-Harris», reconoció en un comunicado el diputado Joaquín Castro, líder del grupo hispano en el Congreso de EE.UU.
Un puesto sanitario clave
Becerra estaba en las quinielas para uno de los puestos importantes que quedan por asignar, el de fiscal general. Pero Biden debe tener en la cabeza el siguiente malabar y prefirió colocarle en Salud y Servicios Humanos, donde Becerra estará al frente de todos los organismos clave en la parte sanitaria de la crisis del Covid: los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), la Administración de Alimentos y Drogas (FDA), los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y los programas de cobertura pública Medicare y Medicaid.
Biden ha fundamentado la elección de Becerra en su defensa de la Ley de Cobertura Sanitaria Asequible (ACA, más conocida como Obamacare) y en la defensa que hizo como fiscal general de California de esta reforma sanitaria ante los ataques de la Administración Trump.
Biden, sin embargo, tendrá que seguir haciendo equilibrios. Además de la presión de la minoría negra -que quizá despache con el puesto de fiscal general-, este lunes su equipo de transición se reunió con diputados asiáticos con la misma queja: quieren más de los suyos en el Gabinete.
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