Biden corteja al creciente voto puertorriqueño en Florida
El candidato demócrata es consciente de que es más decisivo que nunca en esta elección y que puede crecer en él más que con el voto cubano o venezolano
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![Joe Biden habla mientras es observado por el cantante Ricky Martin](https://s1.abcstatics.com/media/internacional/2020/09/20/biden-ricky-martin-kjfG--1248x698@abc.jpg)
«La comunidad puertorriqueña va a marcar la diferencia en Florida y va a asegurar que Trump no tenga otros cuatro años». Lo asegura Amy Mercado , una candidata demócrata local del estado sureño, y su optimismo podría sonar a exageración. Quizá no lo sea tanto. Sin Florida, uno de los estados más poblados de EE.UU. -y, por lo tanto, uno de los que más representantes envía al colegio electoral que elige al presidente de EE.UU.- las opciones de Donald Trump de conservar la Casa Blanca se estrechan como en un embudo. El estado sureño es una de esas bisagras electorales, donde el peso de demócratas y republicanos está muy empatado, y cualquier movimiento de fuerzas puede definir la elección. Y uno de esos movimientos lo ha protagonizado en los últimos años la comunidad puertorriqueña.
«Con la crisis económica de los últimos años en Puerto Rico, la presencia de esta comunidad ha crecido, una tendencia que se aceleró tras el huracán María », explica Fernando Rivera, profesor de sociología en la Universidad de Florida Central y director del Puerto Rico Research Hub. El éxodo provocado por el desastre natural, del que hoy se cumplen tres años, impactó a las comunidades de Nueva York y, sobre todo, Florida. En especial, en los condados cercanos a la ciudad de Orlando, donde se asienta buena parte de esta comunidad. Según Rivera, Florida pasó de tener un millón de puertorriqueños en 2015 a casi 1,2 millones en 2018. No es un cambio determinante para una población estatal de 21 millones de personas, pero sí lo podría ser para una elección que puede decidirse -imposible olvidarse del precedente de 2000, cuando el estado propició la presidencia de George W. Bush - por un puñado de votos.
Esta semana ha sido un ejemplo perfecto de la importancia que los puertorriqueños de Florida tienen para la campaña. El candidato demócrata, Joe Biden , se paseó por los condados de Orange y Osceola, donde se asienta buena parte de la comunidad. Presentó un plan para Puerto Rico. Se rodeó de famosos como Ricky Martin y Luis Fonsi . Hasta bailó «Despacito», a duras penas. Biden es consciente de que el voto puertorriqueño es más decisivo que nunca en esta elección y que puede crecer en él más que con el voto cubano o venezolano, donde Trump ha ganado terreno. Quizá llegue algo tarde. Las encuestas muestran que Biden tiene en Florida algo menos de apoyo de latinos que Hillary Clinton en 2016, y ella perdió el estado, por la mínima, frente a Trump.
Al contrario que su gran rival en las primarias, Bernie Sanders , Biden trabajó de forma superficial el voto latino, centrado en conseguir el apoyo de la minoría negra, que fue, junto al empuje del «establishment», lo que le permitió asegurarse la nominación.
Ahora viene un esfuerzo de último minuto, impulsado por gente como Mercado, que es candidata local en el condado de Orange, y que pelea voto a voto «con muchos cafecitos» con sus vecinos. También con gente como Giovanni Pagan , un joven puertorriqueño que dedica su tiempo libre a llamar por teléfono a votantes hispanos, sobre todo de su mismo origen, para que apoyen a Biden. Pagan ni siquiera está en Florida. Lo hace desde Harlem, en Nueva York, otro núcleo de la comunidad puertorriqueña en EE.UU., pero sabe que los esfuerzos tienen que hacerse en el estado sureño (Nueva York es un estado demócrata donde Biden tiene la victoria asegurada). «Hay gente que en el confinamiento se ha dedicado a hacer pan o a jugar a videojuegos», explica. «Yo hago llamadas porque me importan la democracia y Puerto Rico».
Una ayuda tardía
Ante estos esfuerzos de última hora, Trump ha movido ficha. Dos días después de la visita de Biden a Puerto Rico y tras años de retrasos y críticas, anunció una ayuda de más de 11.000 millones de dólares para recuperar las infraestructuras destrozadas por el huracán María, del que hoy se cumplen tres años.
«No creo en las casualidades», comenta Rivera sobre el repentino interés de ambas campañas por la comunidad puertorriqueña. El desafío para ambas, en especial para Biden, es que es un electorado con una abstención históricamente superior al de otros hispanos, como los cubanos. La pandemia y las críticas de Trump al voto por correo «han generado confusión», reconoce Pagan sobre su experiencia con votantes. Y más allá de eso, sobre todo para los recién llegados desde la isla, están más centrados en sobrevivir que en decidir su voto.
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