Bahréin condena a cadena perpetua a los líderes de la oposición chií
La represión coincide con la entrada hoy en vigor de las sanciones de EE.UU. a Irán
El pulso regional que se disputa en Oriente Próximo vivió la apertura de un frente más en Bahréin. Al mismo tiempo que Estados Unidos acelera la «guerra económica» contra Irán con las «mayores sanciones de la historia», que entran hoy en vigor, el líder de la oposición chií de Bahréin, el jeque Alí Salmán, fue condenado a cadena perpetua por «entregar información confidencial» y por recibir «apoyo financiero« de Qatar. Las autoridades de Manama forman parte del bloqueo a Doha encabezado por Arabia Saudí desde junio del año pasado y este fallo de la Justicia, que puede ser apelado, se enmarca dentro de esta lucha entre las monarquías del Golfo. Aunque el líder del movimiento opositor Al Wefaq había sido absuelto en junio por la Alta Corte Penal, el fiscal general recurrió el veredicto.
Como ocurre en Irán, los chiíes son mayoría en este estado en el que la monarquía suní que controla el poder acusa a Teherán de apoyar a los líderes de esta comunidad para promover un cambio de gobierno. Esta acusación se repite desde 2011, cuando las calles del país vivieron una oleada de protestas enmarcadas dentro de la «primavera árabe», que afectó también a Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Siria.
Junto al jeque Salmán, se ordenó también la detención de otros dos líderes del partido opositor Wefaq, Hasán Sultán y Alí Alaswad, bajo idénticas acusaciones de cooperar con Doha. El pulso entre Riad y Teherán, las dos potencias de la región, se extiende de esta forma también a Bahréin, sede de la V Flota de Estados Unidos y fiel aliado de Washington.
Protesta en Irán
El enfrentamiento contra Irán en Bahréin se salda con la cadena perpetua para los líderes chiíes, al mismo tiempo que miles de iraníes tomaron el centro de Teherán al tradicional grito de «¡Muerte a Estados Unidos!» y se concentraron frente a la antigua legación estadounidense en el centro de la capital. El motivo de la protesta fue doble ya que recordaron la toma de la Embajada en 1979 y el posterior secuestro de 52 estadounidenses durante 444 días, pero sobre todo manifestaron su rechazo a las nuevas sanciones impuestas por Donald Trump, que entran hoy en vigor.
Entre la quema de banderas con las barras y estrellas y fotos de Trump, el comandante de los Guardianes de la Revolución, Alí Yafari, proclamó que “con la ayuda de Dios, de la Resistencia, y con la determinación del pueblo, la última arma que blande el enemigo, la guerra económica, será derrotada" y se dirigió directamente al inquilino de la Casa Blanca para recomendarle que “no amenace a Irán”.
Coincidiendo con la llegada del segundo paquete de sanciones , que afectará directamente al sector bancario y a la exportación de petróleo, principal fuente de ingresos del país, los iraníes organizaron el acto multitudinario en Teherán y anunciaron el inicio de unas maniobras militares aéreas.
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