Azul y amarillo en edificios oficiales para apoyar al pueblo ucraniano

Azul por el cielo y amarillo, por sus campos de trigo. Son los colores de la bandera ucraniana. Esa que ondea junto a la Diosa Cibeles en Madrid, o presidiendo la fachada del Palau de la Generalitat, en Barcelona. Mostrarla se ha convertido en un símbolo de apoyo y solidaridad. Como la que cuelga en el Palacio de San Telmo. Colores que tiñeron el cielo de Valencia con una mascletá, que se despliegan en los campos de fútbol, que en Estados Unidos iluminaron el escenario de los Premios Spirit, de cine independiente. No es casualidad que Balenciaga cerrara su desfile en azul y amarillo o que Stella McCartney lo haya hecho haciendo sonar el himno pacifista de John Lennon.- Redacción-