Al Assad lanza la ofensiva final contra los reductos rebeldes del este de Alepo

Damasco afirma controlar ya el 98 por ciento de los barrios insurgentes

Un rebelde dispara su arma antiaérea en el este de Alepo AFP

Mikel Ayestaran

La batalla por Alepo , que los medios locales llaman «la madre de todas las batallas» , entra en su «fase final», según los mandos del Ejército sirio. Desde hace cuatro semanas las defensas de los grupos de la oposición armada, abandonados por antiguos aliados como Estados Unidos y sobre todo Turquía, se desmoronan y al cierre de esta edición solo contaban con Sukkari y Al Machad , como últimos distritos importantes. «Los terroristas ya no tienen tiempo, solo les queda rendirse o morir, la batalla va a terminar rápido», declaró a los medios el general Zaid al Saleh, responsable del comité de seguridad de la segunda ciudad del país.

Las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia no han logrado un acuerdo para la salida de los combatientes, pero, según los medios sirios, a última hora de la noche estos pedían a gritos por los altavoces corredores seguros para abandonar la zona que han tenido en su poder desde el verano de 2012 y donde querían establecer una capital alternativa a Damasco.

Desmoralizar el enemigo

Los sirios conocieron a través de un mensaje de sms enviado por las fuerzas armadas que «el Ejército sirio ha ganado el 98 por ciento del este de Alepo» , un mensaje escueto que eclipsó la pérdida de Palmira a manos del grupo yihadista Daesh este fin de semana. Alepo es la prioridad para Damasco y Moscú, la gran victoria que buscan para desmoralizar al enemigo. El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos ( OSDH ), Rami Abdel Rahman, confirmó a la agencia Afp que «hay un hundimiento total de los rebeldes, la batalla de Alepo toca a su fin».

Desde el inicio el 15 de noviembre de la operación Tormenta del Norte, la ofensiva total por parte del Ejército sirio, apoyado por Rusia, la milicia libanesa de Hizbolá y milicias chiíes reclutadas en la región por la Guardia Revolucionaria de Irán, unos 130.000 civiles han huido de la zona opositora, según informó el OSDH. De ellos 10.000 han salido en las últimas 24 horas en las que las fuerzas leales al Gobierno sirio han vuelto a acelerar las operaciones por aire y tierra. La mayoría han encontrado refugio en la parte bajo control gubernamental, otros han optado por las zonas kurdas de la ciudad, y la gran incógnita es saber el número de civiles que pueden quedar aún en esos últimos reductos donde resisten los opositores, sometidos a «los bombardeos más intensos de los últimos días» según señalaron vecinos de la parte occidental.

Naciones Unidas lleva meses suplicando a ambas partes el acceso seguro para poder evacuar a enfermos y heridos, pero no lo ha conseguido.

Problemas en el frente sur

Con la victoria casi en la mano, el presidente, Bashar al Assad , afirmó que «Siria y su pueblo están determinados a restaurar la seguridad y la estabilidad». En una entrevista concedida al diario sirio «Al Watan» la semana pasada el mandatario adelanto que el triunfo en Alepo sería «enorme» y señaló que sería «un trampolín» para seguir recuperando territorio perdido.

El mayor Issam al Reis , portavoz del Ejército Sirio Libre ( ESL ), advirtió de que el fracaso opositor en Alepo se reproducirá «de manera inevitable» también en el frente sur del país si los grupos armados no reciben «más apoyo militar, mejor calidad de armas» y si no son capaces de mejorar su coordinación y «superar los problemas internos», según recogió The Syrian Observer . Deraa es la principal ciudad en este frente sur, cuyo control permitiría al régimen recuperar la ruta a Jordania. En la actualidad el Gobierno sirio solo conserva abiertos y seguros los pasos fronterizos con el Líbano.

La captura de la zona opositora de Alepo es el tema central de los medios oficiales estos días y cuentan con un fuerte despliegue sobre el terreno. Entre apagón y apagón, los vecinos de Damasco siguen pegados a los televisores las noticias que llegan desde la antigua capital económica de Siria, machacada tras cuatro años de guerra. El agotamiento es la sensación general entre los sirios que viven en la zona bajo control del Gobierno, donde la economía de guerra ha hundido la libra, los precios se han disparado y el suministro de electricidad sufre graves problemas. La reaparición de Daesh en Palmira ocupa un segundo plano informativo, pero recuerda que los yihadistas son una amenaza pese a las ofensivas abiertas contra sus dos bastiones en Mosul ( Irak ) y Raqqa.

Culpan al Pentágono

Rusia tuvo que abandonar y volar su base en Palmira para que no cayera en manos enemigas y el portavoz del ministerio de Defensa, general Igor Konashenkov , sugirió ante los medios que Daesh ha sido capaz de desplegar «fuerzas significativas» en este oasis en mitad del desierto después de que la coalición que encabeza Estados Unidos suspendiera sus operaciones aéreas en Raqqa . Habrá que esperar a la recuperación de Alepo para que el Ejército sirio y el resto de fuerzas que combaten junto al Gobierno vuelvan a expulsar a los seguidores del «califa» de Palmira.

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