El asesor de Johnson defiende que hizo lo correcto al saltarse el confinamiento: «No me arrepiento»

Dominic Cummings compareció ante los medios presionado por las críticas a su comportamiento

Dominic Cummings, durante su comparecencia en la rosaleda del número 10 de Downing Street AFP
Ivannia Salazar

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Dominic Cummings no tiene un puesto concreto dentro del Gobierno británico, sino que es un «asesor especial» . Tan especial, que además de ser la mano derecha de Boris Johnson , esta tarde ha tenido que hacer frente a un evento poco usual: dar una conferencia de prensa para dar explicaciones sobre la polémica que ha enfurecido al país en la última semana.

En su declaración, que empezó con más de media hora de retraso, lo que provocó críticas por parte de los periodistas, Cummings defendió de forma oficial -ya lo había hecho en declaraciones a los periodistas frente a la puerta de su casa- que hizo lo correcto al desplazarse unos 400 kilómetros hasta la casa de sus padres cuando él y su mujer tenían síntomas de Covid-19 para que, según justificó, su hijo estuviera adecuadamente atendido en caso de ser necesario.

Fueron dos diarios británicos, «The Mirror» y «The Guardian», los que revelaron que el político, de 48 años, se había saltado el confinamiento al que está sometida la población desde el pasado 23 de marzo, y ayer otro medio informó de que esta no habría sido la única vez, sino que en al menos otra ocasión rompió la regla de permanecer en casa.

En la rueda de prensa, un Cummings visiblemente incómodo leyó una declaración en la que, tras disculparse por el retraso y explicar que fue el premier quien le pidió dar la cara, explicó sus motivos al detalle e hizo una descripción de los hechos que lo habían llevado a hacer ese viaje. «Debería haber hecho esta declaración antes», afirmó. «No me arrepiento de lo que hice, aunque algunas personas puedan considerar que no fue lo correcto», declaró, y defendió que él y su pareja tomaron las decisiones correctas para garantizar el cuidado de su hijo de cuatro años cuando ambos estaban enfermos.

Además, aseguró que algunas informaciones publicadas en los medios «habían creado una mala atmósfera alrededor de mi casa», convirtiéndola en un «objetivo», y que le preocupaba «la posibilidad de dejar a mi esposa e hijo en casa todo el día mientras yo trabajaba» en Downing street, por lo que consideran que era mejor moverse a la propiedad familiar en Durham. Además, manifestó que no le comunicó de su decisión al primer ministro, ya que él también se encontraba enfermo «y en cama» y decidió explicárselo a posteriori.

«Espero que la gente entienda que yo estaba en una situación complicada» y a veces «hay que tomar decisiones difíciles», pero «creo que he explicado bien el porqué». Reconoció que durante «toda esta crisis» podría haber hecho algunas mejor, pero que en este asunto en particular hizo «lo que era razonable».

Malestar entre diputados conservadores

Al menos una decena de diputados de su propio partido han pedido su dimisión, acusándolo de violar la ley, mientras que otros exigen al menos una disculpa pública. Johnson dio la cara por él el domingo, diciendo que tras «conversar cara a cara» sobre lo sucedido, concluyó que «no tenía otra alternativa», que actúo así por su «instinto de padre» y que «en todos los aspectos actuó de manera responsable y legal, con integridad y con el objetivo de detener la propagación del virus y salvar vidas».

El líder la oposición, el laborista Keir Starmer , manifestó que al defender a Cummings, Johnson ha insultado «los sacrificios hechos por el pueblo británico» y añadió que la gente pensará «que hay unas reglas para el asesor más cercano del primer ministro y otra para el pueblo» y ha exigido una investigación.

Periódicos como «The Telegraph» señalaron que Boris Johnson está invirtiendo demasiado capital político en defender a capa y espada a un asesor que ni siquiera es un cargo elegido en las urnas, la BBC ha publicado decenas de testimonios de familias enfurecidas que no han visitado a sus familiares durante todas estas semanas pese a tener, al igual que Cummings, la necesidad de ayuda para cuidar a sus hijos y tanto la prensa como la ciudadanía se preguntan el porqué de esta defensa a ultranza por parte del primer ministro de uno de los personajes más controvertidos del panorama político británico.

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