ENTREVISTA
Asesor especial de Obama: «Trump y Netanyahu harán todo lo posible por desbaratar el acuerdo con Irán»
Robert Malley recuerda para ABC lo complicado que fue lograr ese pacto con sesiones maratonianas a múltiples bandas y lamenta la decisión de Donald Trump de salirse del mismo
El acuerdo nuclear firmado entre Irán y el grupo del 5+1, formado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Italia y Alemania, cumple cinco años . Fue un momento histórico que rebajó la tensión entre Washington y Teherán después de décadas de enfrentamiento y los iraníes se comprometieron a limitar su programa atómico a cambio del levantamiento de las sanciones. Robert Malley recuerda muy bien lo complicado que fue lograr ese pacto porque era el asistente especial de Barack Obama en la negociación y el coordinador de la Casa Blanca para Oriente Medio.
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Este abogado, de 57 años, actual director del International Crisis Group (ICG), organización no gubernamental dirigida a la resolución de conflictos armados, tenía experiencia previa en negociaciones como las de Camp David entre israelíes y palestinos durante la Administración de Bill Clinton, pero admite que sentarse con los iraníes fue «diferente» . Cinco años después recuerda aquellas sesiones maratonianas a múltiples bandas, lamenta la decisión de Donald Trump de salirse del pacto y alerta de que «los meses antes de las elecciones estadounidenses de noviembre serán críticos para la supervivencia del acuerdo».
Hace unas semanas Trump dijo que «Irán nunca ganó una guerra, pero tampoco perdió una negociación», ¿son tan duros negociadores?
Yo tenía experiencia previa con sirios, israelíes, palestinos y cada proceso es diferente. Los iraníes son duros en la mesa y culturalmente tienen una forma particular de negociar, pero debo decir que eran tan buenos antes como lo fueron después de la firma, es decir, negociaron hasta llegar a un texto que sabían podían cumplir. Y así lo comprobamos después en los informes elaborados por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
¿Cómo era una jornada de trabajo en las semanas previas a la firma?
El proceso era lento porque debíamos actuar a varias bandas. Empezábamos muy temprano con nuestra propia Administración, donde había diferentes sensibilidades, después había que aunar posturas con los europeos para llegar con un mensaje único a chinos y rusos, los más cercanos a Irán. Si todo iba bien, el último paso eran los iraníes, pero había días en los que no llegábamos a verles porque no había consenso entre nosotros.
¿Cómo influyó la presión de Israel en el proceso?
Siempre fuimos transparentes con ellos y les informamos de cada paso. El problema surgió cuando el primer ministro, Benjamín Netanyahu, nos obligó a limitar esta cooperación con acciones como su viajé a Estados Unidos para criticar el acuerdo y a Obama ante una sesión conjunta del Congreso.
El 14 de julio de 2015 firmaron el acuerdo, ¿qué sintió?
Si una semana antes me dicen que íbamos a firmar en esa fecha no lo habría creído. Surgieron unos problemas de última hora –sobre las modalidades y amplitud de las inspecciones internacionales y el ritmo al que se levantarían las sanciones– y los iraníes dieron un paso atrás. No sabíamos si volverían o no… pero lo hicieron. Fue un gran momento porque culminaba un trabajo diplomático de doce años.
Tres años después, sin embargo, Trump cumple su promesa electoral y abandona el que considera «el peor pacto posible» y vuelve a imponer sanciones a la república islámica, ¿qué le pareció la decisión?
Un error porque la salida del acuerdo minó la credibilidad y legitimidad de Estados Unidos
Trump defiende que a más presión, logrará mayores concesiones de los iraníes en una hipotética nueva negociación, ¿es así?
No lo creo. Desde el punto de vista de la seguridad es un paso atrás. Las medidas impuestas a Teherán garantizaban que el tiempo que iba a necesitar si quisiera adquirir material fisible suficiente para alimentar una bomba atómica pasaba de tres meses a un año… ahora ya no es así. Este pacto abrió la puerta también a la distensión regional y era un primer paso para acuerdos más amplios en otros campos.
¿Está muerto el texto tras la salida de Estados Unidos, las sanciones y las medidas de alejamiento adoptadas por Irán en respuesta a Trump?
Aun es posible que el texto aguante y espero que los europeos se esfuercen en mantenerlo vivo. Trump y Netanyahu harán todo lo posible por desbaratar cualquier opción de resucitarlo de aquí a enero, que es cuando Joe Biden entraría en la Casa Blanca si gana las elecciones de noviembre. Estos seis meses son críticos.
Tras haber sido asesor de Clinton y Obama, ¿le gustaría formar parte del equipo de Biden?
Eso no está en mis manos, de momento soy presidente del International Crisis Group.
Irán ha sufrido diez explosiones en las últimas semanas, una de ellas en la planta atómica de Natanz, ¿accidente o «campaña israelí con consentimiento estadounidense», como escribió usted en las redes sociales?
Resulta extraño que tengamos de pronto tantos accidentes… no tengo pruebas para afirmarlo, pero solo conozco un país con la capacidad de hacer este tipo de operaciones y es Israel. Para Netanyahu es una táctica de «ganar - ganar» porque si Irán responde, tiene la excusa para lanzar una operación a gran escala, y si no responde, sigue con los ataques y provoca daños a su enemigo.