Dos años huérfanos de Aylan

El impacto de la muerte del niño sirio no ha servido para que Europa cumpla con sus compromisos con los refugiados

Esta fotografía se convirtió en un icono del drama migratorio AFP

MIKEL AYESTARAN

El barco en el que viajaba la familia Kurdi desde Turquía a Grecia el 2 de septiembre de 2015 no llegó a su destino y la imagen en la playa de Bodrum del cuerpo sin vida de Aylan, el pequeño de tres años de esta familia siria , supuso un punto de inflexión en la crisis abierta por la llegada masiva de refugiados a Europa ese verano. Se cumplen dos años desde que aquella imagen del niño inerte en la orilla, con sus pantalones cortos azules y su camiseta roja, captada por la periodista turca Nilüfer Demir, diera la vuelta al mundo y se convirtiera en el icono del drama migratorio.

Desde entonces «pese a que el número de llegadas a Europa ha disminuido drásticamente », según un comunicado difundido por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), «las personas siguen intentando cruzar (el Mediterráneo) y muchos han perdido sus vidas en el trayecto». El organismo internacional elevó a 8.500 el número de refugiados e inmigrantes indocumentados fallecidos o desaparecidos en estos dos últimos años intentado cruzar desde Libia, Turquía y Marruecos, principalmente, a territorio europeo. De ellos «al menos 500 son niños», según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Otras organizaciones como «Save The Children» también aprovecharon el aniversario de la muerte de Aylan para criticar «la falta de voluntad política de los estados europeos para impedir que más personas mueran ahogadas, entre ellas cientos de niños» , en palabras de su director general, Andrés Conde. «La prioridad en esta crisis debe ser salvar vidas y no frenar el flujo migratorio», recordó el máximo responsable de este organismo que pidió a las autoridades de Bruselas una mejora en las vías seguras y legales para que los refugiados puedan solicitar asilo en los países de origen o tránsito.

El impacto mediático y social de la imagen de Aylan fue tal que las barreras se levantaron y las medidas se suavizaron durante un breve espacio de tiempo, pero p ronto la Unión Europea negoció un acuerdo con Turquía para frenar el flujo de migrantes desde sus costas. Un acuerdo tan efectivo como «infame», para Estrella Galán, secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), ya que «vulnera la normativa europea e internacional en materia de asilo» y porque ha demostrado que «por muchos obstáculos mortales que se trate de poner a las personas refugiadas, siempre buscarán nuevas rutas, cada vez más peligrosas».

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