Los aliados de Londres cierran filas frente a Putin en el caso Skripal
Los líderes de EE.UU., Francia, Alemania y Canadá sostienen que el Kremlin aprobó el envenenamiento
El Kremlin no sólo vuelve a negar su implicación en el envenenamiento del ex agente ruso, Serguéi Skripal y su hija, el pasado mes de marzo en Salisbury con la sustancia de uso militar «Novichok» , sino que considera además «inadmisible» que se acuse de ello al presidente Vladímir Putin y al poder ruso en su conjunto.
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«Cualquier acusación contra el poder ruso es para nosotros inadmisible», advirtió el jueves el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov , en una comparecencia ante los medios de comunicación rusos. Según sus palabras, «ni las autoridades rusas de más alto rango ni los responsables de niveles inferiores tienen nada que ver con lo que pasó en Salisbury ». «Lo hemos dicho varias veces y lo reiteramos una vez más: Rusia nunca tuvo ni tiene nada que ver con los acontecimientos de Salisbury , no está implicada en absoluto», subrayó Peskov.
Control del GRU
El secretario de Estado de Seguridad británico, Ben Wallace , declaró el jueves a BBC Radio que, puesto que es el Estado ruso y su Gobierno quien «controla y financia» el GRU , el servicio de inteligencia militar rusa, es Putin «en última instancia» el responsable de todas las operaciones que lleve a cabo por ser el presidente del país. .«No creo que nadie pueda decir que Putin no controla el Estado» ruso, añadió Wallace.
La primera ministra Theresa May afirmó el miércoles que los dos sospechosos del ataque contra los Skripal, Alexánder Petrov y Ruslán Boshirov , son agentes del GRU, órgano que tal y como explicó Wallace, «no actúa por su cuenta (...) está supeditado a las Fuerzas Armadas, al Ministerio de Defensa de ese país y, por tanto, al Kremlin y a la oficina del presidente». Estaba prevista para el jueves mismo una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU a petición del Reino Unido por todo lo sucedido en torno al caso Skripal.
Scotland Yard y la Fiscalía británica anunciaron el miércoles haber recogido suficientes pruebas para acusar a Petrov y Boshirov del envenenamiento de Skripal y de su hija Julia. Después, May hizo una declaración ante la Cámara de los Comunes vinculándolos al GRU y sugiriendo que su misión «casi con seguridad» tuvo que haber recibido el visto bueno de las máximas autoridades rusas . Fotos de los dos presuntos agentes rusos fueron a continuación distribuidas y se emitió una orden de detención internacional.
Huellas dactilares
Pero, en Moscú, la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova , negó cualquier vinculación de Rusia al asunto y señaló que ni los nombres ni las fotografías de los sospechosos «nos dicen nada». Poco después, la Cancillería rusa citó al embajador británico en Moscú y le exigió las huellas dactilares de los dos hombres acusados por Londres, algo que figura en la base de datos, ya que es uno de los requisitos para cualquier persona que solicite un visado al Reino Unido.
Peskov dejó el jueves claro que en Moscú hay disposición a colaborar con Londres en la investigación del caso y en la localización de Petrov y Boshirov, pero, para ello, tendrá que haber una petición oficial. «Para verificar la identidad de ambos y tener una base legal necesitamos que la parte británica lo pida», aseguró el portavoz de la Presidencia rusa, quien lamentó que Londres se haya negado hasta ahora a solicitar cualquier tipo de ayuda de Moscú en relación con el caso.
Los Skripal estuvieron hospitalizados varias semanas tras el ataque. Primero fue Julia la que salió del estado de coma y más tarde su padre. Ella hizo incluso declaraciones, pero del ex espía no se ha sabido nada. Moscú ha acusado a las autoridades británicas de tenerlos «secuestrados». A Victoria Skripal, sobrina y prima respectivamente de los dos atacados en Salisbury se le negó el visado para visitarlos en el Reino Unido. Aparece regularmente en las televisiones rusas y, según sus últimas declaraciones, no llaman a la familia. Victoria cree que su tío puede estar muerto.