Alerta en Irak por los ataques cruzados entre EE.UU. y las milicias afines a Irán

Los grupos armados lanzan de nuevo cohetes a las bases extranjeras en Bagdad

Vehículos destrozados después de un ataque de Estados Unidos en Irak AFP
David Alandete

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Cada vez más cerca de un conflicto en toda regla, las milicias proiraníes en Irak bombardearon de nuevo el sábado la base militar de Camp Taji, al norte de Bagdad y que alberga a soldados norteamericanos. Tres de estos resultaron heridos de consideración en un ataque durante el cual cayeron sobre la base al menos 25 cohetes en el espacio de unas pocas horas. También resultaron heridos soldados iraquíes.

Aunque la crisis del coronavirus ha paralizado la vida política en buena parte del mundo, el conflicto en Irak se agrava por días , con un Ejército norteamericano a la defensiva y en retirada y una vecina potencia iraní ganando terreno sin pausa. Sólo la seguridad de que Donald Trump no quiere un conflicto explica los repetidos ataques de milicias chiíes contra soldados extranjeros e iraquíes, intensificados desde diciembre.

En este contexto, Trump autorizó en enero un ataque con misiles para matar al general iraní Qassem Suleimani , responsable de las injerencias del régimen de los ayatolá en el resto del golfo Pérsico y Oriente Próximo. Su muerte, en Bagdad, ha agravado el conflicto y ha complicado el repliegue total de las tropas norteamericanas que Trump viene considerando desde antes incluso de ocupar la presidencia en 2017.

Soldados fallecidos

Sólo la gestión de la crisis del coronavirus le permite a Trump ignorar los ataques recientes en los que están muriendo y resultando heridos soldados norteamericanos. La semana pasada, de hecho, en la misma base de Camp Taji fallecieron dos soldados estadounidenses y uno británico en uno de esos ataques, cuya autoría atribuye el Pentágono a la milicia chií financiada por Irán Kataeb Hezbolá. A Camp Taji están destinados soplados de una quincena de países, entre ellos 80 españoles.

El Gobierno iraquí, cada vez más debilitado por el rápido aumento de la tensión entre Washington y Teherán, ha denunciado la « violación de la soberanía nacional » que suponen los bombardeos aéreos y con misiles de EE.UU. y los constantes ataques con cohetes de los satélites iraníes, que también provocan bajas entre sus fuerzas armadas.

Ya después de la muerte del general Suleimani, el parlamento iraquí votó a favor de expulsar a los más de 5.000 uniformados estadounidenses que quedan en el país para labores de supervisión y entrenamiento. La resolución votada es no vinculante y EE.UU. la ha ignorado sin más, aunque Trump cuenta con culminar totalmente el repliegue en su segundo mandato, si gana las elecciones de noviembre.

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