Alemania acusa a Trump de perjudicar la seguridad de Europa

El presidente estadounidense ha anunciado la retirada de la presencia de la armada estadounidense a solo 25.000 soldados y la salida de seguramente más de 10.000.

El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ayer durante una rueda de prensa REUTERS

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El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas , trasladó ayer a la UE la presión que Donald Trump pretendía ejercer sobre Alemania, al anunciar de forma unilateral y en un discurso lleno de reproches, la retirada de parte de sus tropas estacionadas en bases militares alemanas. Su presencia es «importante, no solo para Alemania, sino también para la seguridad de EE.UU. pero en particular para la seguridad de Europa en su conjunto», dijo Maas, que reaccionó al anuncio durante una visita a Polonia que se volvió inusualmente tensa, debido a que Varsovia no oculta su interés por recibir a los soldados americanos que abandonen Alemania. «Hemos tomado nota. No tenemos informaciones más concretas o más detalladas: cuándo, cómo, qué será implementado por el Departamento de Estado o por el Pentágono. No hemos recibido información y estamos a la espera», dijo el ministro alemán, subrayando así lo improvisado y unilateral de la medida, que según el anuncio supone reducir la presencia de la armada estadounidense a solo 25.000 soldados y la salida de seguramente más de 10.000.

Los desencuentros entre los gobiernos de Trump y Merkel son incontables y desde la llegada del primero a la Casa Blanca Berlín ha extendido sus contactos con la Administración estadounidense y con la sociedad civil de este país, siguiendo la estrategia que en su día fuentes de exteriores definieron como «Trump pasará, la relación trasatlántica quedará». Pero esta primera retirada de tropas que llevan es las bases alemanas desde la II Guerra Mundial toma el camino de cambios estructurales en los equilibrios de defensa y seguridad en Europa peligrosamente difíciles de restaurar en un futuro. Maas habló ayer de «pasos que cambian la arquitectura de la seguridad de Europa» y de los que «es necesario hablar». Pero Trump parece dar a entender que el tiempo de las palabras ya ha pasado y reacciona con hechos a la negativa de Merkel a asistir a una reunión del G-7 que deseaba convocar en EE.UU.

«Alemania está pagando a Rusia miles de millones de dólares por energía y luego ¿somos nosotros los que deberíamos proteger a Alemania de Rusia? ¿Cómo se supone que funciona esto? ¡No funciona!», justificó el presidente estadounidense la retirada de las tropas, en referencia a la construcción del gasoducto Nord Stream 2 del Mar Báltico, prácticamente listo para transportar gas de Rusia a Alemania, sin pasar por Ucrania y Polonia. Trump ha decretado incluso sanciones contra las empresas que participan en su construcción. «Nuestra posición al respecto no cambia. Las sanciones que se están barajando son extraterritoriales por naturaleza, desde nuestro punto de vista, y las rechazamos», respondió Maas al respecto.

Trump también acusó a Alemania de discriminar a Estados Unidos en el comercio, en referencia a las fallidas negociaciones con la UE sobre un acuerdo comercial trasatlántico, «que nos han causado daños por cientos de miles de millones de dólares». Y de no cumplir con la OTAN, por desatender el compromiso aumentar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB. El presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento alemán, el conservador Norbert Röttgen, atribuyó sin embargo el paso dado por Trump a motivos electorales. «La crítica al gasto en defensa de Alemania no tiene nada que ver con la retirada de tropas, que debilita especialmente a los propios EE.UU.. Trump está en campaña e intenta ganar puntos en su política interna».

Las presiones de Rusia

Junto a Maas, su homólogo polaco Jacek Czaputowicz , mencionó por su parte las conversaciones mantenidas por su gobierno con EE.UU. para un potencial fortalecimiento de la presencia estadounidense en Polonia y destacó que «ayudan a garantizar la seguridad y son un instrumento disuasorio adecuado contra las amenazas». «Para nosotros, Rusia es un país que usa instrumentos económicos para hacer política exterior, lo que conlleva una cierta amenaza. Puede emplear el suministro de gas para presionar a países para tomar ciertas decisiones», añadió Czaputowicz. Para el ministro polaco, la solución es «diversificar proveedores», un contexto en el que citó un contrato a largo plazo firmado recientemente con Estados Unidos.

Desde Bruselas, la embajadora estadounidense ante la OTAN, Kay Bailey Hutchison, se ocupó del control de daños y aseguró que el compromiso militar de su país con Europa es «más fuerte que nunca», además de destacar que, a pesar del anuncio, «por el momento no se ha tomado ninguna decisión concreta».

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