Entrevista
Aldecoa: «La UE no nació gracias al indiferente sino por la sociedad civil que había estado en las trincheras»
El catedrático y presidente para España del Movimiento Europeo analiza en Europa Hoy los primeros pasos de la Conferencia sobre el Futuro de Europa después de su primera sesión en Estrasburgo
Francisco Aldecoa (Madrid, 1949), titular de la Cátedra Jean Monnet y uno de los académicos españoles de referencia sobre el proceso de construcción europea, se hizo viral el pasado martes, pero no por su participación en la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) como presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo , sino por su opinión a pie de calle sobre los indultos para un canal de YouTube. Mientras discurría la entrevista con Europa Hoy, donde señalaba las virtudes y defectos de la Conferencia -que supone un modelo «absolutamente innovador»-, el catedrático y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense se convertía en tendencia en redes sociales por su posición sobre los indultos a los presos del procés catalán.
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El Catedrático es Francisco Aldecoa:
— Emma (@Emma1492es) June 22, 2021
Cuando un entrevistador sólo busca que le contesten lo que él quiere y se encuentra con un Catedrático de Relaciones Internacionales, recién llegado de Extrasburgo ! 😅#indultos
pic.twitter.com/gFYf0PD9DA
A bien seguro que a Aldecoa le hubiera gustado que, parte de esa gran repercusión, hubiera servido para hablar de la CoFoE, la iniciativa de diálogo entre instituciones, ciudadanos y sociedad civil europea que celebró su primera sesión en Estrasburgo (el pasado 19 de junio) y en la que el académico pudo participar durante una intervención de casi dos minutos. Esta anécdota representa la paradoja del proyecto europeo a nivel mediático en España: solo impacta lo que no genera consenso. «Para nosotros ha sido una sorpresa positiva que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso , vaya a la Conferencia. Es la manera para que se conozca no solo en Madrid, sino también en España, aunque no necesariamente tenga las mismas posiciones que ella», valora Aldecoa.
En la primera sesión en Estrasburgo, usted reivindicó el papel del Movimiento Europeo y la sociedad civil. ¿Por qué?
Nos gustaría tener más peso. La constitución europea nace de la sociedad civil. Hay un excesivo interés en ocuparse del ciudadano indiferente, me parece muy bien, pero no pueden olvidar que el proceso europeo no se hizo con los indiferentes, sino con la sociedad civil organizada después de la II Guerra Mundial, con los que habían estado en las trincheras y campos de concentración, en los que se habían movido los movimientos federalistas. En La Haya estaba (Robert) Schuman y españoles como (Salvador) Madariaga, (Indalecio) Prieto y (José Antonio) Aguirre que habían luchado por el proyecto europeo, y entendieron que hubo guerra porque no había Europa. Ahora es estupendo ampliar la base, pero no olvidemos quiénes han sido los motores, que tienen que funcionar con más fuerza que hasta ahora.
Hoy se ha celebrado el primer plenario de la Conferencia sobre el futuro de Europa
— Movimiento Europeo (@MovimientoEurop) June 19, 2021
Puedes volver a ver la intervención de Patxi Aldecoa#CoFoE #ElFuturoEsTuyo pic.twitter.com/tBWzSZsTUW
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En España no se está hablando nada. ¿Está notando una particularidad de España en los debates?
No. ¿Sabes por qué no hay repercusión? Porque en el 90% del tema europeo estamos casi todos de acuerdo. Allí escuchabas plantear propuestas muy similares. Cuando hay una bronca tremenda en el país en el Congreso de los Diputados, en Bruselas votan todo igual. Hay una visión común muy completa del proyecto europeo. Y por eso no sale en los medios. Saldrán algunas chispas que seguramente saldrán, no va a salir el 80% del consenso en los medios Eso no es noticia. El momento es apasionante. Nuestra obligación es transmitir a la sociedad que las cosas no van mal pero no sabemos cómo.
¿Se ha visto con los grupos políticos españoles? ¿Qué impresión ha tenido?
Una impresión inmejorable. Estuvimos invitados hace un mes por la Comisión Mixta y mi sorpresa fue mayúscula. Había un consenso casi completo. El término federalismo, salvo los más radicales, lo aceptaban todos con gran facilidad.
¿Qué está pasando para que la Conferencia sobre el Futuro de Europa solo esté llegando a la sociedad civil movilizada?
Sí, no está teniendo repercusiones en los medios de comunicación. Y tenemos que buscar la responsabilidad más en nosotros que en los medios. Si esto no tiene repercusión es porque no lo hemos hecho bien. Las tres instituciones, Comisión Consejo y Parlamento Europeo, son las responsables y no han utilizado todos sus medios que son muchos. Y llevamos con esto dos años y no lo han movido. Y concretamente tres meses desde la convocatoria oficial del 10 de marzo. Ahí ha fallado la convocatoria. No se ha planteado bien. Incluso los anuncios que hay van más dirigidos a la plataforma plurilingüe que nadie comprende. Y no es solo eso. A mi juicio ha fallado la convocatoria. No consigo ver que se haya sorteado de forma aleatoria la participación de los ciudadanos.
¿Puede explicarme qué objetivos tiene la Conferencia?
Diría que no hemos explicado por qué es importante la conferencia. Esa idea no se ha transmitido y es porque es la primera vez que una institución de esta naturaleza, la UE, hace un trabajo de diálogo entre los representantes de las instituciones, de todas ellas, con la sociedad civil y los ciudadanos con objeto de poner al día la Unión. Teniendo en cuenta que en el último año ha habido cambios cualitativos de enorme importancia. Ahora hay que ajustar las instituciones y seguramente las políticas, y mediante un método absolutamente innovador: un diálogo sincero, directo y en pie de igualdad de condiciones. Y eso no se ha transmitido. La UE se construye en La Haya por la sociedad civil, por las asociaciones europeístas, que han sido el motor de la construcción europea, y ahora tendríamos tener más peso. Encima vamos a tener 4 meses (en octubre) hasta el próximo plenario. La gente no va a recordar qué hacíamos.
La Conferencia de la UE sobre el futuro de Europa ha abandonado la idea de un solo presidente como sí tuvo la Convención de Valéry Giscard d'Estaing. ¿Han matado entre todos la CoFoE?
Sí, son nueve líderes, tres por cada institución. Es importante resaltar que son dos cosas distintas. Hubo dos Convenciones: la primera para elaborar la Carta de Derechos Fundamentales, y la segunda para elaborar el proyecto de tratado para que se estableciera un proyecto de Constitución pero que no entró en vigor porque no lo ratificaron los referéndums de Francia y Holanda. Y en la Convención estaban representados en el Parlamento Europeo, los nacionales y los gobiernos. Y ahora está recogido en el tratado, en el artículo 48, el procedimiento de reforma. La novedad de la Convención de Giscard es que por primera vez hubo representante de parlamentos nacionales en la reforma de los tratados. En este caso se ha dado un paso más: por un lado, estarán los que irán a la Convención, pero por otros representantes de los ciudadanos y la sociedad civil. Eso no tiene precedentes en ningún sitio. Es innovador y positivo, pero hay que explicarlo. Nosotros nos quejamos de que hay excesivo peso de las instituciones porque van a tener su momento en la siguiente fase.
¿Que retrasaran un año la Conferencia ha sido solo por la pandemia?
Estaba prevista para ser convocada para el 9 de mayo del 2020, y se ha retrasado en parte por la pandemia, pero también porque no se ponen de acuerdo. La presidencia alemana hizo todo lo posible para que se pusieran de acuerdo. Después, la presidencia portuguesa encontró esta fórmula, la del trílogo, que es mala, pero es la única forma de desbloquear el sistema. Creo que se buscó, pero no se encontró.
Su participación no llegó a dos minutos. Parecía más una sucesión de monólogos que una conversación en sí.
El sistema que se empleó de 150 monólogos de poco más de un minuto no es la mejor forma de cautivar a los ciudadanos. Se puede politizar de alguna forma. A medida que vayan surgiendo propuestas, habrá debate en las comisiones. No serán monólogos sucesivos. Lo que se hace en la lógica parlamentaria interna europea. El objetivo es una declaración final, que plantee la necesidad de las mejoras en torno a las políticas, especialmente, a las instituciones y en su caso si hay consenso reforma del tratado.
¿Entonces se puede ir hacia un nuevo tratado?
Se le puede llamar como usted quiera. La discusión es hasta dónde el tratado. Es un proceso abierto que habrá que ver.
¿Y habrá un segundo intento de Constitución europea?
Hay un clima bueno. Hace años también había un clima bueno, el problema fueron dos Estados. La suma de lo síes era superior a los noes si se sumaban los votos totales. Las cuestiones fundamentales que salieron de la Convención en cambio están en vigor con el Tratado de Lisboa.
Parece que hay consenso sobre la regla de la unanimidad, quizá el principal caballo de batalla.
Se buscarán fórmulas para mejorar el sistema. Todavía está abierto. ¿Que hay que resolver regla de unanimidad en política exterior y materia fiscal? No tengo la menor duda. Habrá que ver cómo. Pero no lo focalizaría todo sobre eso. En la medida en que consigamos ciertos consensos sobre casi todo, los temas más difíciles irán cayendo por su propio peso.
La crisis de valoración y reputación de Von der Leyen viene marcada por su pecado original de liderar la Comisión tras la muerte del proceso de Spitzenkandidaten (el candidato ganador de las elecciones europeas)?
A pesar de que no salió el Spitzenkadidaten, que fue una pena, el sistema funcionó, la participación aumentó diez puntos, los jóvenes fueron los que más votaron; a veces se olvida y se cree que los jóvenes están de espaldas. No conozco a ningún presidente de la Comisión Europea con tanto apoyo y con un consenso tan inmenso. En España no sé por qué se ha divulgado la idea, en que le debilitaba el hecho de necesitar el apoyo de tres partidos. Y ha sido todo lo contrario.
Lo que ocurrió con la crisis financiera de 2008 es que el funcionamiento de la Unión se intergumentalizó. Sin embargo, ahora ha ocurrido lo contrario. El Parlamento es el que toma la iniciativa y la Comisión la que propone. Y los Estados son los que aceptan a regañadientes
Otro de los retos es la Unión de la Salud.
En eso hay consenso claro. Antes no estaba encima de la mesa. Las cosas avanzan cuando hay percepción en la sociedad de que hay una necesidad y hay que darle respuesta. Las decisiones que se han adoptado han sido federales y no se han adoptado desde así el euro. El Plan de recuperación es completamente federal, de hacerlo a través de un empréstito común, también como con las vacunas más allá de que haya habido pequeños errores.
Otros objetivos señalados por la Conferencia son la política migratoria, uno de los grandes fracasos europeos, y la política social.
Hay que reconocer que la política migratoria no funciona y que además las instituciones no tienen competencias suficientes para resolverlo y eso hay que entrarle el diente porque es un déficit que tenemos. Por otro lado, hay un cierto consenso sobre que hay que incorporar el pilar social aprobado en Oporto en las políticas de la UE, y para eso estoy convencido de que hay que cambiar los tratados.
La pandemia ha generado un cambio de ciclo en el funcionamiento de la UE.
Lo que ocurrió con la crisis financiera de 2008 es que intergumentalizó el funcionamiento de la Unión en su conjunto y por lo tanto las instituciones perdieron peso. Sin embargo, ahora ha ocurrido lo contrario. Han sido las instituciones. El Parlamento es el que toma la iniciativa y la Comisión la que propone. Los Estados son los que a regañadientes aceptan. Hay un acuerdo interinstitucional que hacía mucho que no funcionaba así. En los últimos años ha funcionado más lo intergubernamental que lo federal. Los ciudadanos están representados en el Parlamento y los gobiernos en el Consejo. En la medida que han primado el Consejo sobre el Parlamento… ahora hace falta equilibrar y que tengan el mismo peso.
¿Por esa pujanza de las instituciones se ha preferido entonces no darle demasiado peso a la sociedad civil en la Conferencia?
No, eso es una cuestión técnica, circunstancial… Les han dado demasiada importancia a los ciudadanos. Creo que es un error. A mí no me gusta el sistema que han elegido, pero no creo que haya sido para no avanzar, sino que hay un exceso de tecnicismo, creen que esa plataforma multilingüe puede ser una forma de participación. Esa plataforma será un instrumento auxiliar, pero lo importante será el debate entre unos y otros.
En política exterior usted se identifica con la Doctrina Sinatra del Alto Representante Josep Borrell. Mientras tanto, el líder de la CDU, Armin Laschet, avisa en una entrevista sobre las consecuencias de entrar en una guerra fría con Rusia.
Europa frente a EE.UU. y China tiene que ir a «mi manera» como cantaba Sinatra, que recoja nuestro modelo de sociedad distinto. Debemos tener autonomía estratégica más completa y diferente, y eso se está articulando bien. Lo que hace falta es darle más instrumentos: habrá una nueva estrategia de política exterior.
¿Espera que, con las presidenciales francesas, Macron impulse aún más la que fue su gran iniciativa?
Que hagamos una propuesta en nueve meses es bueno, y no solo para los franceses, que les viene bien, también para el conjunto. Y luego insistir en que también para los españoles. Nos toca la presidencia en 2023. Si a partir de ahí se convoca la Convención y por lo tanto se propone una reforma de tratado es posible que le toque a una capital española. Sería la primera vez. Para nosotros no es malo ese calendario.