El aeropuerto de Bruselas, un escenario de guerra

Dos suicidas se hicieron estallar frente a los mostradores de American y Brussels

MARIBEL NÚÑEZ

El normalmente gris y abarrotado aeropuerto de Bruselas se convirtió ayer en el centro del penúltimo escenario de la barbarie terrorista. A las 7.45 horas de la mañana dos violentas explosiones hicieron temblar la gran terminal de salidas , a esa hora repleta de personas que facturaban sus equipajes y cogían sus tarjetas de embarque para volar en plenas vacaciones de Semana Santa. El balance fue de 14 muertos y 96 heridos, algunos de ellos muy graves. Varios testigos relataron haber oído a una persona gritar unas palabras en árabe justo antes de las explosiones. Dos terroristas suicidas se hicieron estallar con cinturones explosivos y un tercero se dio a la fuga.

El techo de la terminal y la fachada quedaron completamente destruidos y el paisaje era como de guerra, una especie de zona cero de la tragedia. Inmediatamente después de la explosión los cientos de pasajeros y trabajadores del aeropuerto empezaron a salir de la terminal caminando, la mayoría desorientados y algunos hablando por el móvil, en diferentes direcciones pero siempre alejándose del aeropuerto.

Las diversas autopistas que dan acceso al aeropuerto de Zaventem de Bruselas se llenaron de repente de personas que caminaban desorientadas hacia la ciudad , en una suerte de desfile de zombis. La policía informó de que a las 13 horas de ayer el aeropuerto había sido evacuado por completo dando paso al trabajo de los desactivadores de explosivos ya que fue encontrado un segundo cinturón bomba, además del que utilizó el terrorista suicida, sin explotar así como varios rifles de asalto kalashnikov, uno de ellos junto a un cuerpo que podría pertenecer al presunto terrorista suicida o a alguno de sus cómplices.

Las primeras investigaciones señalan que el tipo de armas encontradas en el aeropuerto muestran similitudes con las halladas en anteriores atentados islamistas perpetrados tanto en Bélgica como en Francia.

Las autoridades belgas instalaron inmediatamente después del atentado en el aeropuerto un centro de crisis en un polideportivo de la comuna de Zaventem, el distrito al que pertenece el aeropuerto. Alrededor de mil personas fueron trasladadas a este centro de crisis mediante autobuses, donde se estableció un sistema de registro de todos los ciudadanos que llegaban y se empezó a organizar su traslado a la ciudad, habida cuenta que todos los transportes dejaron de funcionar tras los atentados.

Herido sin piernas

Se cree que en el atentado del aeropuerto se hicieron estallar dos suicidas con explosivos –sin que un tercero llegara a hacerlo– junto a los mostradores de Brussels Airlines, la compañía con más actividad en este aeropuerto, y otra en la zona de registro de American Airlines, situada en la zona de embarque de los vuelos charter –muy populares en Bélgica– fletados por las grandes touroperadores. Algunos testigos que estaban ayer en el aeropuerto en el momento de la explosión describieron escenas dramáticas con trozos de cuerpos humanos lanzados por la explosión y sangre por todas partes. También hay testimonios que señalan que había muchos heridos sin piernas, lo que hace sospechar a las autoridades que una de las bombas podría haber estallado en una maleta que se encontrara en el suelo de la terminal.

El aeropuerto de Bruselas permanecerá cerrado. Para hoy estaban previstas 650 operaciones de despegue en la capital belga, de las que 50 pudieron realizarse desde otros aeropuertos, lo que supuso el traslado de los aviones y los pasajeros hasta ellos.

Como ocurrió tras los atentados de París del pasado 13 de noviembre , cuando se puso en marcha una red ciudadana de solidaridad con el hastag portesouvertes (puertas abiertas) para cobijar a los ciudadanos que estaban en las calles de la capital francesa y no podían volver a sus casas, ayer ocurrió algo similar en Bruselas. El hastag fue jeveuxaider (quiero ayudar) y consistió en ofrecer coches para compartir, de modo que se pudiera facilitar volver a casa a los cientos de miles de belgas y expatriados que viven en la ciudad habida cuenta de que todo el transporte público quedó suspendido y se cerraron todas las estaciones, tanto de tren como de metro y tranvía.

El atentado de ayer pone en entredicho el reforzamiento de las medidas de seguridad en los aeropuertos ya que estas entran en funcionamiento una vez que pasajeros y equipajes se han registrado y se dirigen hacia las puertas de embarque.

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