Un exalumno intenta inmolarse en una escuela ortodoxa rusa causando diez heridos
El adolescente de 18 años que, según las autoridades, tenía inicialmente la intención de inmolarse durante la oración matinal cambió de idea y detonó su artefacto sin haber llegado a entrar en el edificio
Al menos 10 adolescentes resultaron esta mañana heridos en una explosión a la entrada de una escuela ortodoxa situada en el territorio del monasterio del siglo XIV Vvdenski Vladichni de la localidad de Sérpujov, al sur de Moscú. El causante de la deflagración ha sido un exalumno de 18 años que, según las autoridades, tenía inicialmente la intención de inmolarse durante la oración matinal, lo que hubiera causado muchas más víctimas, pero cambió de idea y detonó su artefacto de fabricación casera sin haber llegado a entrar en el edificio del centro docente.
El ministerio de Sanidad ruso reporta ocho hospitalizados . El autor del ataque se encuentra «en estado de extrema gravedad». Ha sido identificado con el nombre de Vladislav Struzhenkov , nacido en 2003. La agencia TASS, que cita fuentes médicas, sostiene que el joven empezó a tener problemas mentales después de que se le extirpara la glándula tiroides. Estaba recibiendo asistencia psicológica y, al parecer, había demostrado tendencias suicidas.
El Comité de Instrucción (SK en sus siglas en ruso) ha abierto un procedimiento criminal por «tentativa de asesinato» y «tenencia de explosivos». Por su parte, la Iglesia Ortodoxa Rusa se ha comprometido a proporcionar asistencia a las víctimas del incidente. El portavoz del Patriarcado, Vladímir Legoida, escribió en su canal de Telegram que «la Iglesia interviene en ayuda de los adolescentes difíciles cuyas vidas quedaron distorsionadas».
El motivo del crimen, según datos preliminares, fue el acoso al que fue sometido el joven mientras estudió en esta escuela ortodoxa de Sérpujov. Según una reciente encuesta, el 69% de los escolares rusos ha sufrido en algún momento acoso a través de las redes sociales y un 24% padece esta situación de forma permanente. El sondeo indica que uno de cada cuatro niños rusos oculta que se ha enfrentado a este problema.
Struzhenkov hizo explotar su bomba esta mañana poco después de acceder al recinto amurallado del monasterio y permanecer unos minutos, según testigos presenciales, sentado en la escalerilla con un cuchillo en la mano. En sus cuentas en las redes sociales, no hay nada publicado sobre su intención de suicidarse o de perpetrar un atentado.
En octubre, Dima Gubáyev, de 12 años de edad y alumno de una escuela de las afueras de Perm, ciudad situada a unos 1.400 kilómetros al este de Moscú, entró disparando en su clase con el fusil de su padre, aunque, afortunadamente, sólo causó un herido leve. Peor fue en septiembre, cuando Timur Bekmansúrov, de 18 años, mató a tiros a seis compañeros de la Universidad de Perm e hirió a más de 40. En mayo, un joven de 19 años abrió fuego en una escuela de Kazán y acabó con la vida de nueve personas.
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