Adiós a Bernard Tapie, héroe de la Francia profunda
Muere el polifacético hombre de negocios, político, dueño del Olympique de Marsella y estrella de televisión. Macron le despide como a una de las grandes figuras del país
La muerte de Bernard Tapie (París, 1943-2021) deja a Francia huérfana de un personaje ultra popular, que Emmanuel Macron , presidente de la República, ha despedido de este modo: «Una voluntad capaz de mover las montañas y alcanzar la luna, luchó hasta el final contra el cáncer y unos procesos judiciales, perdidos, cuyas sentencias nunca aceptó».
Tapie nació en el seno de una familia muy modesta y comenzó su vertiginosa carrera comercial como vendedor de televisores de puerta en puerta. Tras un éxito prometedor, fundó una empresa que prometía socorro médico de urgencia: fue condenado por el delito de falsedades publicitarias…
Sus primeros millones los ganó durante la década de los años 80 del siglo pasado comprando empresas en quiebra, que luego conseguía revender con muchos beneficios tras «saneamientos» muy costosos en el terreno social. Su reconocido genio comercial lo convirtió muy pronto en millonario muy ambicioso. Compró grandes empresas y llegó a ser un interlocutor privilegiado de un gran banco nacional, en Crédit Lyonnais, cuyas tribulaciones terminaron convirtiéndose en una saga / fuga de escándalos financieros y judiciales, en la que intervinieron numerosos gobiernos de izquierda (Mitterrand) y derecha (Sarkozy)…
Instalado en el podio de las grandes fortunas francesas, Tapie necesitaba físicamente cultivar muchas otras actividades: animador de tv, cantante, actor, autor de ‘best sellers’, patrón de un equipo ciclista propio, primer accionista de un gran equipo de fútbol, el Olympique de Marsella , que compró por un franco simbólico, cuando el equipo marsellés estaba en bancarrota. El brío personal, empresarial y financiero de Tapie dio al Olimpic días de gloria deportiva, durante los años 90 del siglo pasado. Gloria finalmente teñida de algunas páginas negras, acusado de corrupción, compra de árbitros y un rosario de escándalos de diversa naturaleza.
Gran empresario, actor, cantante, activista publicitario, Tapie terminó convirtiéndose en un personaje popular, que sedujo a François Mitterrand a finales de los 80 del siglo pasado, cuando el socialismo francés entraba en una de las grandes crisis de su historia. Ministro y diputado, presentándose como «radical de izquierdas» próximo a Mitterrand, Tapie fue el primer hombre político que aceptó un debate cara a cara con Jean-Marie Le Pen , líder histórico de la extrema derecha francesa. Fue el gran momento de su carrera política, que terminó aburriéndolo.
Luchador hasta el final
La fortuna personal de Tapie había crecido de manera vertiginosa, hasta la compra de Adidas y los enfrentamientos empresariales y judiciales que siguieron a la bancarrota del Crédit Lyonnais , uno de los grandes bancos de Francia.
Convertido, ya para siempre, en uno de los hombres más populares y polémicos de Francia, Tapie terminó convirtiéndose en gran patrón de periódicos regionales comprando el grupo de prensa líder en Marsella y su región. Sin embargo, los escándalos y procesos se sucedían de manera implacable. Tapie pasó varios meses en prisión, culpable de un rosario de delitos. Infatigable, nunca tiró la toalla. Y anunció personalmente la muy mala noticia de su cáncer de estómago el mes de septiembre de 2017.
Padre de cuatro hijos de dos matrimonios sucesivos, Tapie nunca abandonó la escena pública. Visiblemente afectado por la enfermedad, hacía apariciones repentinas en cadenas de radio y televisión para confirmar su determinación a seguir luchando, contra la enfermedad y el rosario de procesos y secuelas de procesis que salpicaron su vida. Esas tribulaciones redujeron su fortuna de los 500 a los 150 millones de euros. Detalle que tampoco parecía afectarle sustancialmente: se declaraba siempre feliz y presto a nuevos desafíos, hasta el fin.
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