El 83% de los ciudadanos de la ex Alemania comunista cree que la reunificación «no ha terminado»

Detrás de ese descontento, hay datos como que los salarios, el desempleo o los cuidadosa a la infancia difieren todavía en las dos partes del país dividido durante la Guerra Fría

Un grupo de berlineses se congrega en el Muro en 1989 EFE

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La pandemia ha dado al traste con los grandes actos conmemorativos previstos para este próximo fin de semana en Berlín. Se cumplen 30 años de la reunificación alemana , el proceso que permitió a Europa convertirse en los que es hoy y que los alemanes celebran como un volver a nacer como país después de la II Guerra Mundial. Pero a pesar del evidente éxito del proceso, la satisfacción no es mayoritaria. El 64% de los encuestados considera que la diferencia en las condiciones de vida entre las dos Alemanias es hoy todavía demasiado grande. En las áreas de la antigua RD A, el porcentaje es aún mayor, con un 83% cree que la reunificación «todavía no ha terminado». En Alemania occidental, sin embargo, es solo del 59%.

Casi dos tercios de los alemanes siguen creyendo que los conceptos de Oriente y Occidente no han llegado a su fin . La encuesta realizada por el instituto de investigación de opinión YouGov en nombre de la Agencia de Prensa Alemana (DPA), señala que solo el 24% piensa que la unidad es ya «completa». El 12% prefiere no responder. Detrás de ese descontento, hay datos como que los salarios, el desempleo o los cuidadosa a la infancia difieren todavía en las dos partes de Alemania, al igual que ocurre con la confianza en las instituciones del Estado, la credibilidad de los políticos o las cuestiones de identidad.

«La República Federal subestimó los costes de la reunificación. La propaganda soviética había calado hasta la médula de los expertos que asesoraban al gobierno y creían que se trataba de fusionar dos Estados más o menos operativos», reconoce ahora Joschka Fischer, que entonces era diputado en el Bundestag y que llegaría más tarde a ser ministro de Exteriores con el gobierno del socialdemócrata Gerhard Schröder. «Pero la realidad fue que se encontraron con un territorio económicamente devastado , aparentemente irrecuperable, y que el proceso de unificación ha supuesto un esfuerzo titánico que, sin embargo, ha merecido la pena». Desde el lado oriental, el escritor Heiko Hennig admite hoy que «la gente del este creía que la riqueza, sencillamente, llegaría. Nadie era capaz de concebir desde aquella mentalidad que había que trabajar y competir para hacerla llegar y ese cambio de mentalidad duró una generación completa».

Agradecimiento de Merkel

La alemana del este más icónica, Angela Merkel, siempre ha visto por su parte el vaso de la reunificación prácticamente lleno, «porque no se trata solamente de un proceso económico ni social, sino de un proceso de libertades ». Merkel agradece ahora a los activistas de derechos civiles y manifestantes en la RDA por aquellas manifestaciones pacíficas que dieron lugar a la caída del Muro de Berlín. «Con su compromiso y coraje, hicieron posible la reunificación», ha dicho ante el pleno del Bundestag, «Este aniversario es una ocasión de gran alegría y gratitud por el logro histórico sin precedentes de todo un pueblo en estos 30 años, para lograr la reunificación por dentro y por fuera».

Marco Wanderwitz, autor del Informe «30 años de Reunificación Alemania» y defensor del pueblo de la antigua Alemania Oriental (RDA), cree que no todo es negativo y destaca que, mientras los alemanes orientales tienen menos posibilidades de tener puestos de liderazgo en todo el país, las mujeres de la antigua Alemania oriental tienen más posibilidad de ocupar puestos de gestión que las alemanas del oeste . Y mientras que las mujeres de Alemania occidental ganan un 21% menos que los hombres, en el este la diferencia es menor, del 6%. Pero aunque el PIB por habitante de Alemania oriental se ha cuadruplicado desde 1990, el salario medio de los alemanes orientales, los «Ossies» sigue siendo sólo el 88,8% del de los alemanes occidentales.

El poder económico de las antiguas regiones comunistas es hoy sólo el 73% de las de la antigua Alemania occidental. No llegan ni al nivel de la región de Sarre, la más pobre de Alemania occidental. Y además de las diferencias económicas, también las hay en cuanto a adhesión al sistema democrático. El 91% de los alemanes occidentales consideran que la democracia es la «forma de gobierno más adecuada», pero sólo el 78% de los alemanes orientales sienten lo mismo , lo que explica que voto a los partidos extremistas y populistas es mucho más habitual en la Alemania oriental.

A pesar de estos datos, el 60% de los alemanes en su conjunto considera que la reunificación es una historia de éxito y en los últimos 30 años no ha surgido un solo movimiento político, social o civil que haya reivindicado la separación de los dos territorios o la recuperación del sistema político-económico comunista. Apenas hay diferencia aquí entre el este y el oeste. La visión positiva de la unidad y del régimen de libertades está más extendida incluso entre aquellos que aún no habían nacido en el momento del punto de inflexión. De los jóvenes de 18 a 24 años, el 65% cree en la historia de éxito y solo el 15% se siente decepcionado.

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