La mujer del aeropuerto de Estambul era una periodista británica que temía ser víctima de EI
Los medios turcos aseguran que se suicidió tras perder un vuelo; amigos y compañeros de Jacky Sutton creen que fue asesinada y piden una investigación internacional
Este fin de semana se conocía la noticia de la muerte de una mujer que supuestamente se había suicidado en el aeropuerto Attatürk de Estambul tras haber perdido un vuelo de conexión . La información, sin haber trascendido la identidad de la fallecida, tan solo su nacionalidad, británica , fue recogida por los medios de comunicación como un hecho ilógico e increíble.
Pasadas unas horas, ha sido la prensa británica la que ha ido recopilando datos que arrojan aún más sombras y misterio a la muerte de Jacky Sutton , una experiodista y productora de la BBC, que actualmente estaba al frente de la oficina en Irak del Institute for War and Peace Reporting , con sede en Londres, y cuya labor es la de velar por los periodistas que trabajan en las zonas de conflicto.
Sutton sustituía en el cargo a Ammar Al Shahbander , que murió el pasado mes de mayo en Bagdad víctima de un coche bomba de Estado Islámico.
Según se ha podido conocer Sutton llegó el sábado, a las 10 de la noche, al aeropuerto de Estambul procedente de Londres, y tenía previsto tomar otro vuelo con destino a Erbil , capital de la región autónoma Kurda iraquí, a medianoche. Al parecer la experiodista perdió el vuelo y la compañía le dijo que debía comprar otro billete, para el que, siempre según informaciones turcas, no tenía dinero (costaba alrededor de 100 euros). Los testigos que la vieron aseguran que Sutton estaba llorosa. Después no se supo más de ella hasta que fue encontrada por tres pasajeros rusos colgada en el interior de un baño.
Amigos y colegas de las experiodist a han rechazado firmemente esta versión de su muerte y piden una investigación internacional en profundidad. Entre ellos, el periodista iraquí Mazin Elias, que colaboró con ella, quien en declaraciones al Daily Mail consideró «imposible» que Sutton, que trabajaba en desarrollar la libertad de expresión en Irak, se suicidara. «Allí todo eran dificultades y retos, pero a pesar de ello permaneció en Irak. De lo que estoy seguro es de la clase de persona que era Jacky, y es imposible que se suicidara. Ella realmente buscada que todo el mundo tuviera una vida mejor. ¿Cómo, suicidándose? Eso es una locura».
Cuestiona además que Sutton hubiera perdido el vuelo. «No estamos hablando de una jovencita, sino de una mujer adulta y profesional, y una buena organizadora». Y añade que pudo haber sido asesinada. «Estoy realmente triste y siento lo sucedido, pero si alguien me dice que ella se suicidó, yo le contestaré que eso es un error, alguien asesinó a Jacky».
Sutton desempeñó su labor en varias orgnizaciones humanitarias, trabajó con la ONU y pasó cinco años en Eritrea, donde fue acusada de espionaje y deportada . Esta experiencia le provocó estrés post-traumático, y como ella misma confesó, le cambió la vida.
En junio, manifestó su temor a ser un objetivo de Estado Islámico mientras trabajaba en Erbil, lo que la hizo extremar las medidas de seguridad.
El ministerio de Exteriores turco ha asegurado a través de un comunicdo que está ofreciéndo a la familia de Sutto todas las facilidades para repatriar el cuerpo.
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