Renzi saca pecho por la recuperación de Italia y baja los impuestos
El primer ministro italiano elimina el gravamen a la primera vivienda contra el criterio de Bruselas, la izquierda y los sindicatos
«Italia camina, crece de nuevo. Los impuestos se reducen de forma sorprendente». Así ha presentado el primer ministro, Matteo Renzi , el ajuste de la Ley de Presupuestos para 2016, por 27.000 millones de euros, financiado en buena medida con el déficit –en lugar del 1,1 %, será del 2 %-, con el objetivo de consolidar la recuperación económica con un estímulo a la demanda interna mediante consumo e inversiones. «Es una Ley desbordante de buenas noticias», ha dicho Renzi, destacando en primer lugar la eliminación de la tasa sobre la primera casa, el Impuesto Municipal Único (IMU). Por otro lado, se desgrava a las empresas hasta el 40% en las tasas de los nuevos contratos de empleos fijos; y se permitirá realizar media jornada, con plena cotización, en los últimos 3 años de contrato para los empleados del sector privado que superen los 63 años.
Fiel a su estilo de lanzar eslóganes, la Ley de Presupuestos tiene cuatro ideas: «Italia fuerte, sencilla, justa y orgullosa». En el primer capítulo, además de eliminar impuestos a la casa, se incluye la reducción desde el 27,5 al 24 por 100, a partir del 2017, del Impuesto de Sociedades (Ires). Dos medidas destacan en el capítulo «Italia más sencilla»: se eleva desde 1.000 euros a 3.000 euros el límite para la utilización de dinero contante; y se rebaja desde 114 euros a 100 el canon o tasa anual que se paga a la Radiotelevisión pública ( RAI ), con una novedad: este pago se presentará en el recibo de la luz, con el objetivo de evitar la evasión de este impuesto, que no lo abonan la mitad de los italianos. Con «Italia justa» Renzi bautiza el capítulo de la lucha a la pobreza infantil (1 millón de niños), con 600 millones de euros.
Con esta Ley de Presupuestos, a Renzi se le abren dos frentes: Desde Bruselas se ha hecho sonar la campana de alarma sobre la eliminación de impuestos en la primera casa. Bruselas hubiera preferido una rebaja sobre la gran carga fiscal del trabajo, una advertencia a la que Renzi responde irritado: «Sobre los impuestos decide Roma». El segundo frente contrario a Renzi lo componen sindicatos y la izquierda de su propio partido: Consideran intolerable que se elimine el impuesto de la casa a quien la tiene, por ejemplo, en la céntrica Plaza de España y después, para recuperar ese dinero, se hagan recortes en servicios.