Una mujer confunde el pegamento de uñas con el bote de gotas para los ojos

Un error que le ha costado un ojo de la cara. Katherine Gaydos, una joven de 28 años residente en Florida (EE.UU.) ha sido víctima de un desafortunado equívoco. Katherine estaba junto a su marido en el jardín de su casa pasando la tarde cuando sintió que algo se le metía en el ojo. Rápidamente fue al baño y le pidió a su esposo que le trajera las gotas para los ojos con el fin de humedecerlos. Sin embargo, el hombre, por error, le dio un bote de pegamento. Un simple gesto que se convirtió en una tragedia fatal.

«Sentía que ardía, lo cerré y grité: ¡Llama corriendo a emergencias!», asegura Katherine Gaydos cuando recuerda el dolor que comenzó a sufrir en el ojo después de echarse el pegamento.

Pese a acudir al servicio de emergencias, Katherine mantiene a día de hoy el ojo izquierdo pegado, sin posibilidad de abrirlo. Y es que esta madre de dos hijos no tiene como financiar una operación de reconstrucción del globo ocular. Estaba siendo tratada por un médico para someterse a una cirugía que salvara su ojo, pero sin trabajo, dinero y seguro no ha podido continuar con el tratamiento. Ahora, pide ayuda económica para reunir el dinero suficiente para someterse a la operación y recobrar la visión de su ojo izquierdo.

Hace pocos días también conocimos el caso de una mujer que acabó en urgencias después de confundir la espuma de poliuretano con la del pelo. Sin embargo, en este caso, el equívoco no trajo consecuencias graves.