Clinton busca ilusionar frente al radical Sanders en el primer debate del Partido Demócrata
Se ha consumado la ruptura y el alejamiento de Clinton y Obama en el momento en que la carrera demócrata se acerca a su fase decisiva

La carrera demócrata pide paso. Después de unos meses de protagonismo republicano, alimentado por las luchas internas y por la irrupción de personajes mediáticos y antipolíticos, Hillary Clinton y Bernie Sanders están llamados hoy a retomar el pulso demócrata. La exsecretaria de Estado, para intentar consolidar la recuperación tras un verano negro en las encuestas, y el senador socialista, para buscar la confirmación de que su crecimiento le avala como alternativa real, y no tanto como animador de una carrera en la que Clinton sigue siendo la clara favorita.
Junto a ellos estarán los exgobernadores de Maryland y Rhode Island, Martin O´Malley y Lincoln Chafee , y el exsenador por Virginia Jim Webb . Aunque los tres apenas tienen opciones, del primero se espera que al menos juegue la baza de tercera vía y reproduzca el perfil combativo contra Clinton que exhibido las últimas semanas. En la retaguardia, el vicepresidente Joe Biden apura los últimos días antes de comunicar si concurrirá finalmente en la carrera por la candidatura a la Presidencia de Estados Unidos.
A las 20,30 horas en Washington (2,30 de la madrugada en España), el hotel Wynn de Las Vegas y la cadena CNN van a confrontar a los dos únicos aspirantes con opciones en el bando demócrata . Aunque una consumada experta en debates como Clinton parte también hoy como favorita, la puesta en común de dos estilos tan alejados deja abierta la incógnita a lo que pueda pasar. El punto de partida es el pragmatismo y la experiencia en la gestión de Clinton frente a la vehemencia del mensaje-denuncia del socialista Sanders.
Con la iniciativa política, Clinton está ansiosa por llevar a la arena los principales asuntos que afectan al país, en especial aquellos económicos y sociales con los que busca ganarse a las bases y a los sindicatos. Como ha hecho hace pocos días con su abierta crítica al acuerdo comercial TransPacífico, que tuvo su cumplida réplica en las palabras de Obama sobre su «error» al utilizar un solo servidor y privado en la gestión de los asuntos públicos. Los analistas dan por hecho que se ha consumado la ruptura y el alejamiento de Clinton y Obama en el momento en que la carrera demócrata se acerca a su fase decisiva. Ahora, el reto de la también senadora será resultar convincente, después de que durante su etapa en la Administración fuera una de las impulsoras del acuerdo que ahora critica.
Aunque el desgaste por la investigación oficial abierta al respecto se ha frenado, Clinton llega al debate con la pesada mochila de que seis de cada diez americanos no creen sus justificaciones. Aunque el momento de la carrera electoral sólo incluye de momento a los demócratas más activos, Clinton es consciente de que debe despejar hasta la última duda sobre el polémico asunto.
Pero también el senador afronta el reto de convencer de que sus propuestas son algo más que utopía, por su dificultad en ser aplicadas. En especial, sus denuncias de Wall Street y sus apelaciones igualitaristas a drásticas subidas de impuestos a los que más tienen. Es previsible que en este terreno la exsecretaria de Estado tenga que sacudirse su corresponsabilidad en la «brecha entre ricos y pobres» que con seguridad resaltará el senador.
Aunque Clinton llega al debate con ventaja clara en los sondeos tras su reciente recuperación, de una media de 15 a 20 puntos sobre Sanders, el arranque del proceso de caucuses y primarias no ha despejado dudas: en Iowa, punto de arranque, la ventaja de la aspirante se reduce a 3/5 puntos, mientras que en New Hampshire, el siguiente hito en el camino, es Sanders quien aparece en cabeza.
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